Usted por alguna razón se cree empoderado y bendecido, es decir, se merece todo, sus acciones no solo deben ser admiradas, pues están hechas con amor y respeto, sino que las mismas son las correctas. Y esa era justa la aptitud que tenía ante la vida Don Shirley, entre otras razones, hablaba ocho idiomas, Doctor en psicología, a los 17 años hizo su primera composición original con la orquesta filarmónica de Londres e Igor Stravinski decía que su virtuosismo era digno de los Dioses, sin embargo, la calle era y lo veía de otra forma, eran los años 60, estaba en el fragor de EE.UU. la discriminación racial y la fama y reconocimiento eran para el aforo de los blancos, es decir, era demasiado negro para ser un Dios.
Green Book muestra la discriminación racial de aquella época y la trae al 2019 en colores, nos invita a reflexionar sobre las diferencias ciudadanas o como las personas llevan esas contradicciones de igualdad, es un film que gana el Oscar como mejor película con sorpresa para muchos y que particularmente se lo gana justo por ello, para reivindicar lo superado hace 60 años y que hoy se cuela entre nosotros casi con la misma intensidad: xenofobia, lucha de buenos y malos, discriminación pobres y ricos, grandes expectativas por creernos quienes imaginármelos y manejo de la tolerancia cero. La misma controversia por ganar el Oscar es un ejemplo.
Es una película del director Peter Farrelly (‘Algo pasa con Mary’), donde un pianista afroamericano, Don Shirley (Mahershala Ali), contrata a un rudo italo estadounidense Tony Lip (ViggoMortensen), para que sea su chófer y guardaespaldas durante una gira por el sur de Estados Unidos en 1962, y donde deben tener en cuenta “El libro verde” (Green book) una guía con los alojamientos de los estados sureños donde los ciudadanos negros podían pasar la noche. Es la historia de dos personas que tendrán que hacer frente al racismo y a los prejuicios, pero a las que el destino unirá, obligándolas a dejar de lado las diferencias para sobrevivir y prosperar en el viaje de sus vidas.
Green Book, se refiere a un texto conocido como The Negro Motorist Green Book («El libro verde del conductor negro»), cuyo autor fue Víctor Hugo Green, un cartero quien reunía información y luego elaboraba una guía para los viajeros de color. En este libro, el viajero podía encontrar una lista de diferentes lugares (tipo valentina quintero) a los que las personas de color podían acudir sin riesgo de vivir una mala experiencia: hoteles, bares y restaurantes, gasolinera. Gracias a este libro, muchos de estos afroamericanos pudieron recorrer el país sin padecer los efectos de una América racista que buscaba cualquier excusa para descargar su ira sobre todos ellos.
Y es precisamente este manejo de la ira, tolerancia, las grandes expectativas y suposiciones de lo que nos merecemos, que hace a Green Book atractivo de ver en nuestros tiempos de bruscos y esperanzados cambios. En donde precisamente el manejo de la tolerancia como mecanismo de sobrevivencia es algo de rescatar como válido, para ello un extracto de la conversación entre Don y Lib, justo en el momento donde tras largos aplausos y dar un concierto ante finos invitados aristocráticos de la época, lo envían a ir a un baño lejano, sucio y a comer en una banca de la cocina, sin duda una escena que haría enfurecer al más elegante profesor de yoga: “No se gana con violencia, se gana cuando mantienes tu dignidad. La dignidad siempre prevalece”.
Para finalizar Pablo Latapi en su libro “Raíces de la Tolerancia” de la Unesco, plantea que no se debe confundir la tolerancia con resignación, es decir, no se trata de tener que soportar algo que me ocasiona dolor, rabia, ansiedad, lo que si se debe saber es que las personas que me rodean tienen derecho de expresión, de acción y de contar con una motivación diferente e incluso contraria a la mía. Y para ello, en nuestra casa nos decían: no hagas al otro lo que no te gustaría que te hicieran y en la película Green Book: Ser bueno y genio no es suficiente, se necesita coraje para cambiar el corazón de las personas, quizás la frase más poderosas de la película, no solo por lo real, sino también por mostrarnos lo que muchos seres humanos deben hacer para demostrar que son más fuertes que el odio, y que el color, ideología, condición, no determinan quien eres ni lo que vales.
Fritz Márquez
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