La profunda crisis por la que atraviesa Venezuela requiere inevitablemente, transitar el camino desde la ayuda humanitaria hasta el auxilio financiero internacional, para que la recuperación del país sea, sostenible, asegura el economista y director de la consultora Aristimuño Herrera &Asociados, César Aristimuño.
Advierte que esto estarpa sustentado en las potencialidades del capital humano venezolano, que bien se sabe que son muy amplias y con los recursos naturales con los que cuenta el país, que tambien se sabe que son muy significativas, estará por cierto la base, junto con un marco legal estable, de la atracción de las inversiones productivas.
“En este sentido, nosotros aspiramos a que el país pueda tomar un rumbo de crecimiento, donde empiecen a imperar los valores morales en la administración de los recursos públicos, donde las nuevas generaciones puedan ver un país con crecimiento sostenido, con una administración sana de sus recursos, que garantice estabilidad, que los precios puedan estar al alcance de las familias desde el punto de vista de sus salarios, que tengamos un país que realmente pueda colocarse a la par de las economías que atraviesan crecimiento hoy, y que no sigamos hundiendo mucho más los indicadores del país, que al final lo que hacen es atraer más tragedia, más miseria entre los venezolanos y más necesidades en la familia”, señala el economista.
En torno a la actual situación de la economía, Aristimuño advierte que el primer trimestre se vislumbra, con unos resultados muy negativos, uno de los más negativos que se haya tenido en la historia económica de Venezuela, señalando que en estos momentos las familias venezolanas están sintiendo la crisis de manera profunda.
Asegura que para la reconstrucción de la economía venezolana, en un eventual gobierno de transición, es imprescindible el auxilio financiero internacional, que debe expresarse con el ingreso de recursos vía préstamos, donaciones y una extraordinaria reestructuración de la deuda externa que hoy tiene el país.
“La crisis económica que hoy vive Venezuela producto del despilfarro, de la corrupción, por un interés personal descarado en término de los administradores de los recursos públicos y de un profundo desinterés de los principios morales que deben prevalecer siempre en el manejo de los recursos públicos, han colocado a los guardianes de la administración pública, en una alocada carrera de fanatismo ideológico que lamentablemente le ha costado a nuestro país la mayor crisis económica de su historia”, dijo Aristimuño en entrevista radial.