Un objetivo marcado en el calendario para este sábado 23 de febrero, era el ingresar la ayuda humanitaria a Venezuela, un día histórico por la lucha de la libertad, la soberanía y la democracia en el país, pero que se tornó hostil por culpa de quienes no quieren ayudar a su gente y se aferran sólo por mantener “un poder”.
Desde tempranas horas en el municipio de Ureña, Táchira, la Guardia Nacional Bolivariana se encargó de reprimir a cientos de personas que se dirigían a la frontera a colaborar con el ingreso de la ayuda, acto seguido, el pueblo cansado se mostró en rebeldía y se enfrentó a quienes los retenían.
Asimismo, en los puentes fronterizos Simón Bolívar y Ureña, se vivieron horas de terror, puesto que camiones cargados de medicinas y alimentos lograron ingresar a Venezuela, pero fueron incendiados por policías.
En el municipio Roraima, Bolívar, se logró ingresar un camión de la ayuda humanitaria proveniente de Brasil, no obstante, desde este viernes 22 de febrero, nuestros aborígenes han sido víctimas de brutales represiones y asesinatos por parte de la GNB.
Cabe destacar que, ciudadanos de todas las regiones salieron a las calles a respaldar el ingreso de la ayuda humanitaria y a concientizar a los militares para que sean partes del hito histórico.
A su vez, se destaca que más de 60 soldados venezolanos respaldaron la Constitución y ofrecieron sus servicios al presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó.
Por último, se lamenta y repudia que debido a la brutal represión ejercida por los cuerpos de seguridad durante la jornada, se hayan registrado más de 14 muertos y casi 300 heridos.