Los nigerianos despertaron este sábado con la noticia de que la elección presidencial se pospuso una semana hasta el 23 de febrero a causa de lo que la comisión electoral describió como “desafíos” no detallados.
La posposición se anunció tan solo cinco horas antes de que se abrieran las urnas. Los dos partidos políticos principales de la mayor democracia del continente africano criticaron la decisión.
Algunos de los votantes en la capital, Abuya, y en otras partes del país realizaron largos viajes para poder votar y señalaron que no pueden hacer el gasto para esperar otros siete días más. Advirtieron que podría haber una apatía electoral.
El partido que respalda al principal candidato de oposición Atiku Abubakar acusó al gobierno del presidente Muhammadu Buhari de “instigar la posposición” con el objetivo de garantizar una baja participación electoral.
“Su plan es el de provocar al público, esperando una reacción negativa y luego utilizarla como excusa para otros actos en contra de la democracia”, dijo el partido en un comunicado y exhortó a los nigerianos a mantener la calma y participar en los comicios del próximo fin de semana.
La campaña presidencial del partido gobernante describió la demora electoral como “una enorme decepción” y dijo que espera que la comisión electoral permanezca neutral. “No queremos ser obligados a participar en una situación de anunciar la pérdida total de la confianza (en la comisión) porque sabremos lo que eso haría por nuestra democracia”, señaló el comunicado.
Hasta el momento al menos sesenta y seis personas han muerto en una ola de violencia en ese país. Un habitante del lugar dijo que la violencia es producto de una disputa entre campesinos cristianos y ganaderos de la etnia musulmana fulani.