Al grito de “sí se puede”, una gran cantidad de médicos, enfermeras, otros profesionales y amas de casa, vistiendo franelas blancas y con el tricolor nacional colgado en su espalda, acudieron el sábado a los estacionamientos del diario El Nacional en Caracas, para incorporase al plan de ayuda en el que ya se inscribieron más de 600.000 voluntarios.
Entre una multitud de personas, sofocados por el sol y un calor agobiante, pero esperanzados con un mejor país estaba Anibrex Peroza, una enfermera de 40 años, quien afirmó que de ser necesario está dispuesta a ir en caravana hasta la frontera con Colombia para ingresar la ayuda, tal como lo propuso esta semana el presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó.
“Algo tenemos que hacer para salvar a tanta gente que está sufriendo y muriendo por falta de medicinas”, dijo entre llantos Peroza al relatar los difíciles momentos que le tocó vivir cuando vio morir entre sus brazos por deshidratación a un niño porque en el hospital público donde trabajaba no había un catéter para hidratarlo.
“Estoy dispuesto a luchar y hacer lo que sea para ingrese la ayuda”, aseguró Luis Medina, un ingeniero de 29 años, al reconocer que “este proceso no tiene marcha atrás porque todos queremos un cambio ya”.