Black Panther (La pantera Negra) es una película de superhéroes. Y en ella encontraras que un joven asume el poder sin haberlo buscado, negociadores extranjeros, ayuda humanitaria, luchas de líderes militares y políticos por lograr mantener o tener ese poder, un país (Wakanda), que no se entera de las peleas del poder; odios desproporcionados; traiciones políticas; una lucha final y un militar que decide la balanza hacia una conciencia colectiva de bien y paz general. Es una película de aventuras y cuyo contexto es muy cercano a nuestra cotidiana realidad, es una película que opta por siete Premios Oscar dentro de unos días y que funciona como comentario político y como celebración cultural.
Este film cuenta la historia de T’Challa quien vuelve a casa, a Wakanda, la nación africana aislada y más avanzada tecnológicamente para ser proclamado Rey. Pero la reaparición de un viejo enemigo pone a prueba su capacidad como gobernante y como superhéroe, la traición y el peligro que Wacanda vaya a una guerra no consultada y desconocida, obligarán al joven rey a buscar nuevos aliados y descubrir todo el poder de la Pantera Negra que habita en él, así como su temple como líder.
Y es que en estos días de pasión y decisión, ver un film donde el temple del líder determine el desenlace deseado de muchos, no deja de ser una seductora y entretenida propuesta. Los Romanos y la primitiva Iglesia Cristiana llamaban la templanza “El dominio del exceso emocional”, y es ese autodominio, el que nos hace ser capaces de soportar las tormentas emocionales a las que nos somete la fortuna en vez de ser esclavos de la pasión, la templanza ha sido elogiada como virtud desde los tiempos de Plantón y en el film del director Ryan Cooler (el mismo de Creed) esa templanza se pone de manifiesto cuando T’Challa, el joven líder, habla a su efusivo primo en un momento feroz de decisión :” En tiempos de crisis, los sabios construyen puentes, mientras los necios hacen muros”.
Es así como esta película rica en magníficos detalles, con trajes estéticamente bien logrados y un espectacular final con peso emocional, toca aspectos sobre la identidad, el perdón, la libertad y el odio. En ese sentido Claudio Naranjo en su libro Sanar La Civilización, nos dice que “Cuando no tenemos recursos emocionales para sostener emociones difíciles, culpamos a los demás de nuestra frustración. Nos enfadamos y odiamos porque dejan al desnudo nuestras debilidades o nuestra inseguridad”. Y fue precisamente ese odio mal manejado del supervillano Killmoger el que llevo a someter a todo un país a un angustiante momento de vida.
Sin duda, Black Panther es una película de ver en estos tiempos, y es que más allá de apreciar semejante obra cinematografía, está el hecho de que su trama ficticia se acerca a realidades humanas, donde al final, como muchos procesos políticos y sociales negativos para la inmensa sociedad, prevalece la necesidad humana de estar en paz más allá de cualquier ambición, doctrina o religión. Les dejo otra frase sin desperdicio, la misma nace en la pelea entre La Pantera Negra (T’Challa) contra el Supervillano Killmonger : – Al final tú luchas para convertirte en la persona que odias.
Fritz Márquez
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