En el último día de su visita en Panamá, el papa Francisco pidió que se busque una solución “justa y pacífica” a la “grave” crisis política en Venezuela.
“Aquí en Panamá he pensado mucho en el pueblo venezolano al que me siento particularmente unido en estos días”, dijo el pontífice en lo que fueron sus primeras palabras sobre la nueva escalada de la crisis en el vecino país sudamericano. Dijo que esa solución tiene que ir acompañada por el respeto a los derechos humanos y “deseando exclusivamente el bien de todos sus habitantes”.
El papa no dijo si apoyaría al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, que ha sido respaldado por los Estados Unidos y otros líderes regionales.
Francisco formuló sus comentarios al visitar un albergue gestionado por la Iglesia católica que ayuda en enfermos con el virus del sida, poco después de oficiar una misa multitudinaria con la que cerró la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá. El papa partía por la tarde a Roma.