#ESPECIAL Los días finales de la dictadura de Pérez Jiménez #23Ene

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El primero de enero de 1958 fue decisivo para la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, rechazado por la crueldad de su régimen, la clausura de los derechos ciudadanos y su propósito de perpetuarse en el poder, que es el rasgo característico de los dictadores.
A las cinco de la mañana del primer día del año 1958, aviones de la base aérea de Maracay sobrevolaron Caracas.

Ese sobrevuelo era la señal para que oficiales de las fuerzas aéreas, navales y terrestres se sublevaran.

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No pudo hacerlo el cuartel Urdaneta, que estaba comprometido con el alzamiento, ya que carecía de municiones.

Las baterías antiaéreas de Miraflores abrieron fuego contra los aviones piloteados por los insurgentes.

A las seis y media de la mañana fue informado Pérez Jiménez de que Maracay estaba en poder de los rebeldes y que el pueblo de la capital aragüeña se había lanzado a la calle para celebrar el alzamiento.

Con anticipación, el régimen privó de municiones a los militares de Caracas porque sabía perfectamente que existía una conspiración para derrocarlo. Y por ello es que el cuartel Urdaneta no se suma a la insurrección.

La insurrección

A las once de la mañana, la dictadura, a través de un comunicado del ministerio de Relaciones Interiores, da a conocer por la Radio Nacional que se produjo una insurrección, pero que la misma ha sido reducida. Esa estación controlada por el gobierno suspende su programación ordinaria y transmite música clásica, que era la escogida en los días de la Semana Santa.

Como a las cuatro de la tarde no ha habido respuesta de los militares comprometidos, los aviones que estaban sobrevolando Caracas, ametrallan el palacio de Miraflores. Murió un portero y cuatro policías resultaron heridos.

Pérez Jiménez se ha mantenido en los sótanos de la sede del gobierno y a las cinco de la tarde envía cuatro columnas de efectivos castrenses a Maracay.

Pedro Estrada, el jefe de la Seguridad Nacional, sabiendo que el régimen se desploma, se va con su familia a la embajada de Colombia.

Al atardecer

A las seis y media de la tarde, una escuadrilla de aviones decide atacar el edificio de la Seguridd Nacional, pero no da en el objetivo y las bombas cayeron en el sector El Conde sin causar daños, ni víctimas.

A las diez de la noche, Pérez Jiménez por radio y televisión, informa que la situación está controlada.

A la medianoche un grupo militar toma Ramo Verde y pone preso al gobernador de Miranda, además de haberse apoderado de la emisora de ese estado para emitir mensajes llamando al pueblo a sumarse a la rebelión. La gente se echa a la calle para apoyar a los alzados…

El 2 de enero, el mayor Martín Parada, cabecilla de la sublevación aérea, se va en el avión presidencial a Barranquilla , Colombia, y el jefe de las tropas leales a la dictadura que había llegado a Maracay pone preso a Hugo Trejo, otro de los jefes de la insurgencia.

El diez de enero, Pérez Jiménez, presionado por altos oficiales, nombra ministro de la Defensa al general Rómulo Fernández, a quien tres días después destituye y asume él ese ministerio porque no confía en los oficiales.

Pero, no cesa la rebeldía. Circulan nuevos manifiestos contra la dictadura, pero esta persiste en seguir enfrentando con dureza el rechazo y llega a clausurar el liceo Andrés Bello, uno de los más combativos de Caracas.

Acontecimiento que marcaron la historia

La Junta Patriótica convoca una huelga general para el 21 de enero, día en que dejan de circular los periódicos, aunque la dictadura obliga que salgan, pero ya los editores y periodistas están decididos a mantenerse en rebeldía.

La policía monta guardia en todas las iglesias para impedir que la huelga sea anunciada con toques de campanas; pero, a las doce del mediodía el ruido se hace ensordecedor con las sirenas de las fábricas, las cornetas de los carros y aunque trató de impedirlo siempre se produjo el repique de las capanas de los templos.

El 22 de enero la tensión es impresionante. Son apedreados los almacenes abiertos e incendiadas algunas fábricas que no se plegaron al paro y a las diez de la noche se habla de que se ha sublevado la marina y la Guarnición de Caracas.

El contralmirante Wolfgang Larrazábal, jefe de la marina, llama por teléfono a los coroneles Roberto Casanova y Romero Villate, leales a Pérez Jiménez, para que se sumen al movimiento insurreccional, quienes acceden siempre que sean incorporados al nuevo gobierno.

Los que se fueron y también regresaron

Larrazábal pide a Pérez Jiménez que abandone el país.

A la una de la madrugada del 23 de enero, en la Escuela Militar, se constituye la nueva Junta de Gobierno, presidida por Larrazábal. Y el avión presidencial sale rumbo a Santo Domingo, República Dominicana, llevando a Pérez Jiméne, su familia, algunos ministros y amigos.

A las dos de la madrugada comienza la celebración de la caída de la dictadura.
Tres horas después el pueblo asalta el edificio de la Seguridad Nacional, libera a los presos políticos y lincha a los esbirros que no habían podido escapar.

Es de resaltar que los coroneles Casanova y Romero Villate, tras ser destituidos de la Junta de Gobierno, se fueron a Curazao.

Los diarios lanzaron ediciones extras para informar sobre la caída de la dictadura.
Días después regresarían al país Rómulo Betancourt, Jóvito Villalha y Rafael Caldera, los máximos dirigentes de Acción Democrática, URD y Copei, quienes firmarían posteriormente lo que se conoció como el Pacto de Punto Fijo, que dio origen a los gobiernos democráticos de los cuarenta años siguientes al 23 de enero de 1958.

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