Minutos después que el célebre naturalista David Attenborough habló de las dificultades de combatir el cambio climático, Bolsonaro con términos cuidadosamente escogidos prometió trabajar con otros países para reducir las emisiones de carbón y a la vez facilitar los negocios.
“El ambiente debe ir de la mano con los esfuerzos para el desarrollo: desde luego no se debe enfatizar lo uno más que lo otro”, dijo Bolsonaro ante una sala atestada, que respondió con un aplauso cortés.
“Planeamos trabajar en armonía con el mundo y sincronizados con el mundo entero en términos de descarbonizar la economía, reducir las emisiones de CO2 y desde luego proteger el ambiente”, dijo en un discurso parco en detalles.
Durante la campaña, Bolsonaro prometió retirar a Brasil del acuerdo de París, pero se retractó después de ganar y prometió permanecer en él. Los científicos dicen que el país sudamericano no podrá cumplir sus metas de reducción de emisiones si deroga las normas ambientales y abre más territorio de la amazonia a la minería y los cultivos.
También buscó presentar una imagen positiva de las perspectivas económicas de Brasil en un foro que generalmente representa los intereses empresarios y los partidarios del comercio global. Pero el globalismo está en retroceso cuando los gobernantes populistas ponen el acento en los intereses nacionales, aunque signifique limitar el comercio y la migración.
Jean-Rene Fournier, presidente de la cámara alta del Parlamento suizo, elogió el “discurso muy razonable” de Bolsonaro y lo comparó con otros gobernantes en Davos que quieren “garantizar la prosperidad económica a la vez que conservar el ambiente”.
Con cautela, añadió: “Deberemos evaluarlo debidamente dentro de un año”.
Ausentes algunos gobernantes de países cruciales _como la británica Theresa May, en medio de la crisis del Brexit, y el estadounidense Trump, con su gobierno cerrado_ los defensores del ambiente buscaron llenar el vacío y hacerse oír en el encuentro anual.
Entrevistado por el príncipe Guillermo, Attenborough fue ovacionado de pie tras su advertencia de que el planeta enfrenta la destrucción si no se ocupa de manera perentoria del cambio climático.