Texto y fotos: Juan D. Vílchez V @jdvilchez
Nos une la fe, esa que cada año se desborda en más de 7 kilómetros de recorrido desde Santa Rosa hasta la Catedral Metropolitana de Barquisimeto.
Es un encuentro con la esperanza, pero también con el agradecimiento por favores concedidos.
En cada paso, miles de feligreses en oración elevan plegarias a la Madre de Dios, quien es llevada en hombros por sus fieles devotos con el propósito de desbordar de tranquilidad a cada persona que le implora un milagro.
Después de horas de peregrinar, nuestra Divina Pastora deja corazones serenos que en tiempos turbulentos, esperan una voz de aliento para poder seguir el camino.