“Tú lo has dicho…”
Celebramos el nacimiento de Dios encarnado en el Hijo de Dios… “El Rey de Reyes,”
Cíclicamente se cumplen los días de regocijo en la alegría de recordar la mayor manifestación de amor hasta ahora conocida, son días de reflexión, de profesar la amistad y el amor en familia. Días de aceptación de errores y de perdón; de grandes alegrías y de profundas tristezas. Eran días de reencuentro que se tornaron días de ausencias, donde se siente la desolación que ocasiona la falta de un ser querido… de sillas vacías y, las lágrimas que otrora fueron de felicidad se tornan inaguantablemente amargas.
La situación que enfrentamos nos golpea con la verdad escondida en falsos apoyos y solidaridades, y tiene de positivo que desenmascara a quienes creíamos amigos y compañeros de lucha y, eso es bueno, porque decanta la mentira y aclara las verdaderas compañías.
Aquel humilde alfarero de almas, fue negado tres veces por quien escogió para edificar su iglesia. Otro de sus discípulos ante el más grande milagro conocido por la humanidad, la Resurrección del Señor, exclamó: “Ver para creer…”
Y llegada la hora sagrada dijo: “Padre ¿por qué me has abandonado?
Su oración expresa: “Hágase señor tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo…”
Definida filosóficamente la felicidad como la posibilidad que tenemos los seres humanos de hacer realidad nuestros anhelos, creo que actualmente es muy difícil desear la felicidad a nuestros familiares, amigos, y/o a nuestros conciudadanos. Vivimos situaciones que por ser conocida su tenebrosidad, supongo que no es el momento propicio para resaltarlas, pero debemos conservar el regocijo espiritual de tener la seguridad que estamos celebrando la natividad de Jesús, el Cristo Redentor.
Máxima de San Antonio de Padua es: “Dios no permitiría males en el mundo si de ellos no sacara grandes bienes”.
El hierro se forja a altas temperaturas y de él salen fabulosas obras de arte. Antes de preguntar a Dios el por qué de las cosas, debemos preguntar “El para qué…”
Dice Richard Bach: “La vida es tu cuaderno de ejercicios. En el puedes realizar tus sumas o tus restas o simplemente romper las páginas.”
Somos labriegos de la vida y no podemos olvidar que la mala hierba crece sola y que de todo hay en la viña del Señor.
Un proverbio popular expresa
“La hora más obscura es la que está más próxima al amanecer.”
Mientras tengamos fe, tendremos esperanzas. Pero es obligatorio tener fe en nosotros mismos, en nuestra capacidad de realizar los logros que nos proponemos, que “una cadena es tan fuerte como los es su eslabón más débil.” Por tanto, es imprescindible fortalecer al más débil. Que la diferencia entre el bien y el mal está en la decisión que puedan tomar los buenos. Que de la nada… nada sale.
Los venezolanos tenemos la cualidad de saber hacer las cosas con moderación. Nos hemos forjado en el crisol de la libertad y la democracia y nuestro espíritu ha sido fortalecido por la sangre derramada por nuestros ancestros los libertadores del mundo.
Desde el comienzo de los tiempos ha existido el bien y el mal y, cuando se ha creído que todo estaba perdido el bien siempre ha resurgido como lo hizo la mitológica Ave Fénix.
Me apego a las palabras de Og Mandino en su obra: “La Elección.” Nuestra es la decisión. Con toda certeza he de aseverar que necesario es actuar, tenemos un rumbo trazado por el Estamento Legal Nacional e Internacional y ese… es el camino de la paz.
¡Feliz Navidad!