Un abrazo para todos y mis mejores deseos porque volvamos a la felicidad que perdimos en aras del odio; recuperemos la calidad de vida que nos aplastaron y las alegrías que el viento se llevó…
Próximos a celebrar la navidad y despedir el año viejo, vuelve a resurgir la esperanza de los tristes, regresa la oración, cae la última hoja del calendario, brota un año nuevo, se va el viejo con lo poco bueno y sus grandes fracasos; otro que se va con su cúmulo de espinas rumbo a las tinieblas.
Permita el cielo que termine pronto la pena de los pueblos tristes y también la tiranía, que se vaya de una vez y para siempre, que se aleje como se aleja el invierno que vierte sus escarchas sobre el plácido caudal hasta congelarlo, que reviva pronto la primavera de la paz con sus cálidos reflejos, a cubrir de alegrías y sonrisas el arrasado paisaje de los campos. De una manera u otra todos brindaremos; los señorones del poder y los ricos en sus mesas elegantes, comerán y beberán hasta hartarse, los pobres y miserables seguirán con la Cruz a cuestas de su hambre sedientos de justicia, con la esperanza atada a su esquelética figura.
Como todos los últimos años termina este con un balance más que negativo: deplorable, espantosamente decadente, con imparable corrupción, inflacionario, exterminador de empresas productoras de trabajo, de vidas, libertades, sueños y esperanzas.
La misión de los jerarcas de prohibirle al pueblo la salud, su derecho a pensar y alimentarse fue cumplida al pie de sus macabras decisiones. Los que tuvieron que irse a buscar mejor vida, libertad y trabajo fuera de fronteras, en esta navidad recordarán a sus familiares y amigos, los momentos de alegría que quedaron atrás, seguirán en su camino recortando distancias, incinerando sus añalejos, descosiendo sus sortilegios, hundiendo en el sopor las esperanzas que no fue posible hacer realidad en su patria, ellos seguirán cargando en sus almas sus dioses sitibundos y sus perdidos viejos sueños.
El ambiente decembrino nos invita a cambiar, a variar las amarguras por un poco de alegría, momento que nos lleva a evocar voces, cantos y versos que siguen siendo evocados y escuchados cada fin de año. Volverá Néstor Zavarce a crisparnos de nostalgia la piel con su «Cinco pa las doce» Tony Camargo nos traerá a la mente tantas cosas con su «Yo no olvido el año viejo» nos encogerá el corazón Marín Fierro al declamar llegada la media noche su conmovedor «Brindis del bohemio». Don Andrés Eloy Blanco a los que ya no tenemos madre nos hará llorar y evocarla con el recuerdo de sus estrofas: » Esta noche se nos muere un año madre; mientras los hombres comen las uvas de los meses, yo me acojo al recuerdo como un niño a esta puerta… Esta noche se nos muere un año madre; todos tienen su madre cerca; al lado mío mi tristeza muda.
Ha venido toda la acidez del mundo a desfilar sus doce gotas trémulas, cayendo sobre mi silencio las doce uvas de la noche vieja»
También está pluma tiene para el final de este escrito su despedida al año que se va y dar la bienvenida al que llega: Bienvenida sea la esperanza. Adiós Año viejo, adiós! Se acaba el destello de tu jornada, chispa final de tu ciclo que termina; el resplandor de otro año te suplanta, mientras tú te vas quedando dormido por siempre en la magna hora del espacio, sobre el final de los silencios…
Te vas dejando millones de preguntas en el alma.
Te desvanecerse año viejo, se escurre tu imagen, se apaga tu albor, duermen los montes, te despide el mundo, te perdono yo, cae tu última hoja Adiós Año viejo ¡¡¡adiós!!!
Feliz Año mi gente y familia de Venezuela, Colombia, Holanda, Ecuador y Chile. Feliz Año a todos mis amigos, Feliz Año mi gente querida de EL IMPULSO. Los amo