No soy el primer político en llegar a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, corporación pública fundada en 1916. Tampoco seré el último. Lo fue Rafael Caldera, quien había sido Procurador y diputado y volvería al Congreso en 1958 para presidir la Cámara de Diputados como luego presidiría la República en dos oportunidades y otros ciudadanos que han ejercido la primera magistratura, como Edgar Sanabria, quien presidió la Junta de Gobierno en 1958 y los encargados de la Presidencia, tras haber ejercido altos cargos políticos, Guillermo Tell Villegas Pulido y José Gil Fortoul. Todos, además de la actividad política que los llevó a tan elevados destinos públicos, destacaron por su quehacer intelectual o docente.
Arturo Uslar Pietri fue candidato presidencial y senador, cuatro veces ministro y fundador de dos partidos. Durante el gomecismo Laureano Vallenilla Lanz presidió Senado y Diputados y fue embajador; Pedro Manuel Arcaya ministro del interior, parlamentario y embajador, igual Luis Gerónimo Pietri. Julio Diez fue diputado, gobernador del Distrito Federal y tres veces ministro. Tulio Chiossone había gobernado Mérida así como diputado estadal y nacional y senador, ministro del interior y secretario general de la Presidencia, presidió la Cámara como lo haría Numa Quevedo, dos veces ministro y embajador. Hombre de principios, Néstor Luis Pérez fue concejal de su natal Maracaibo y Ministro de Fomento y el administrativista Eloy Lares Martínez diputado, ministro del Trabajo y Procurador. Enrique Tejera París ya había sido gobernador de Sucre, senador, embajador, jefe de Cordiplan y luego sería canciller y de nuevo embajador. Mi tocayo y paisano Ramón Escovar Salóm era canciller, había sido diputado, senador, dos veces ministro y después sería Fiscal General, ministro otra vez y en dos ocasiones embajador.
Pedro José Lara Peña había sido diputado a la legislatura aragüeña y al Congreso y Ministro de Agricultura. Con ideas e inquietudes políticas, fueron ministros Luis Felipe Urbaneja Blanco, Efraín Schacht Aristeguieta y Andrés Aguilar Mawdsley además titular de embajadas muy políticas.
Unos eran hombres de gobierno en autoritarismo o democracia, otros de oposición en democracia. Caldera se incorporó en 1953 y Uslar, electo en 1950, lo hizo en 1955 porque estaba fuera del país. En tiempos dictatoriales, ambos lejos del poder. Escogerlos fue casi un desafío. Históricamente, me siento en buena compañía.