Un incremento de 74% registró la cartera de crédito de la banca venezolana, al culminar noviembre con un saldo de BsS 253.306 millones, menor al registrado el mes previo, con lo que se evidencia una disminución en la velocidad con la que venía subiendo este indicador, revelan datos de la consultora especializada Aristimuño Herrera & Asociados.
En efecto, las alzas del encaje así como el acelerado ritmo de crecimiento de la liquidez monetaria, están provocando una ralentización en la entrega de préstamos, una consecuencia que puede afectar a corto plazo el desarrollo de la economía real, ya golpeada por la caída de la producción y la hiperinflación, destaca la información.
La cartera de créditos registra un alza anualizada de 72.168,5% hasta noviembre, mientras la inflación de ese lapso fue de 1.299.724%.
Explica la información que el 83,6% de la cartera de créditos bruta se concentró en los 10 primeros bancos que conforman este rubro, 0,9 puntos porcentuales más con respecto al mes de octubre 2018 y de 2 puntos porcentuales, comparado con noviembre de 2017.
Otra muestra del enfriamento de los créditos en noviembre, fue la intermediación que bajó de 48,99% en octubre a 45,65%.
Por otro lado, la morosidad subió, al ubicarse en 1,09% desde el 0,63% de octubre. Los tres bancos con el mayor índice de morosidad en noviembre fueron Exterior (18,8%), Internacional de Desarrollo (17,3%) y Bancoex (13,7%).
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señaló en su informe “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe”, que “el crédito otorgado al sector privado crece en términos nominales a tasas anualizadas de más de 60% desde el cuarto trimestre de 2013, y durante los primeros diez meses de 2018 la tasa media del crecimiento mensual anualizado superó el 7.000%”.
Sin embargo, agrega que “el crédito real se ha reducido a tasas interanuales superiores a 70% durante 2018. Las tasas de interés nominales han exhibido una gran estabilidad, pero al corregir por la inflación se advierten tasas de interés reales muy negativas, que junto con la baja del ingreso de los hogares desestimulan la demanda de activos en bolívares”, indican Aristimuño Herrera & Asociados.