El salario mínimo ha perdido un 98% de su valor, como consecuencia del impacto voraz de la hiperinflación, de acuerdo con el estudio elaborado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES UCAB), dado a conocer este martes.
En efecto, el Informe de Coyuntura Venezuela correspondiente al mes de diciembre, elaborado por los economistas Luis Zambrano Sequín y Santiago Sosa, miembros titulares del IIES UCAB, se admite que las proyecciones hechas en junio en cuanto a inflación, con un 60.000% y evolución del PIB con una caída del 10%, se quedaron cortas, por cuanto la economía venezolana sigue en caída libre y nada parece detener su colapso.
El reporte, que registra la evolución de los principales agregados macroeconómicos del país y hace proyecciones de lo que será el próximo año, señala que durante el segundo semestre de 2018 se han “profundizado los desequilibrios y deteriorado aún más las expectativas”, como consecuencia de las medidas económicas implementadas por el gobierno en agosto y noviembre, las cuales incluyeron –entre otras- dos devaluaciones del tipo de cambio oficial, dos aumentos en el salario mínimo y financiamiento del déficit fiscal con emisión monetaria.
De acuerdo con el documento, al finalizar el año el Producto Interno Bruto (es decir, el tamaño de la economía) cerrará con una disminución de 15% respecto a 2017 y acumulará cinco años consecutivos de decrecimiento. Además, para 2019 el PIB decrecerá otro 8%.
“De aproximarse estas cifras a las reales, el PIB real per cápita (en dólares) se habría reducido en 53% en los últimos siete años; sin duda, una caída extraordinaria en el nivel de bienestar de los venezolanos”, indica el reporte, según el cual estos números son consecuencia de la disminución en la disponibilidad de divisas producto de la caída en la producción petrolera nacional, acentuada desde el año 2015.
De hecho, la investigación señala que aunque el precio del crudo venezolano (principal fuente de ingresos del país) ha subido cerca de 20 dólares por barril respecto a 2017, la capacidad de producción de petróleo venezolana “se ha venido desplomando aceleradamente” y ha caído más de 60% en los últimos 10 años.
“De un nivel de producción de 3,254 millones de barriles diarios en 2008 se ha pasado a 1,090 millones de b/d en el cuarto trimestre de 2018. Es decir, el nivel de producción hoy representa 33,5% del que se registró hace 10 años, debiendo destacarse que el 77% de la contracción se ha producido en los últimos tres años”.
El IIES señala que 2018 concluirá con una reducción de 18% en los ingresos por exportaciones respecto a 2017, los cuales se ubicarán en 26.500 millones de dólares, es decir, 73% menos que en 2012. “Nuestro estimado es que el año que viene el valor de las exportaciones podría reducirse unos seis mil millones de dólares adicionales”.
En cuanto a las importaciones, los datos son igual de dramáticos y hacen prever una mayor escasez de bienes y servicios El documento estima que al finalizar el año, este ítem rondará los 11.200 millones de dólares, 8.000 millones menos que en 2017 y 84% por debajo de los 70.000 millones alcanzados en 2012. “A pesar del extremadamente bajo nivel que ya han alcanzado las importaciones, se estima que en 2019 se podrían contraer unos 500.000 dólares más y cerrar en unos US $10.000 millones”.
Hiperinflación y destrucción salarial
El reporte del Instituto, pone en blanco y negro una realidad que los ciudadanos están padeciendo en carne viva hace más de un año: Venezuela atraviesa una de las hiperinflaciones “más elevadas conocidas por la humanidad en tiempos no bélicos, además de una de las más prolongadas”.
El IIES estima que al cierre de 2018, la tasa inflacionaria podría alcanzar 1.700.000 % interanual (un millón setecientos mil por ciento), “más de 500 veces la tasa registrada en 2017, que ya era exageradamente elevada (2.586%)”. Hace suyas las proyecciones del Fondo Monetario Internacional, según las cuales, en 2019 la variación del precio de bienes y servicios podría llegar a 10.000.000%, “de no haber un cambio radical en el régimen económico”.
Asimismo, deja constancia del efecto devastador que ha tenido la hiperinflación en el poder de compra del salario. Señala cómo en los últimos cinco años se destruyó el valor real del salario mínimo en Venezuela (es decir, su capacidad de compra), pese a los frecuentes aumentos nominales realizados por el gobierno, incluyendo el de 5.900% decretado en agosto y el de 150% de noviembre.
“Comparando el salario mínimo real a finales de 2018 con el que prevaleció a finales de 2013, éste se ha reducido en 98%. Hay que tener en cuenta, además, que hoy el salario mínimo representa una muy buena aproximación al salario promedio, especialmente después del ‘achatamiento’ de la escala salarial que acompañó a las medidas económicas que fueron anunciadas en agosto de 2018”.
Se impone plan de ayuda financiera
Ante el deterioro de la situación, el IIES UCAB habla sobre la urgencia de un plan de ayuda, que debe involucrar a agentes financieros externos, coincidiendo en este planteamiento con las propuestas que han venido haciendo reconocidos economistas, quienes estiman que mientras esto no ocurra, no será posible superar la crisis.
“El ritmo de actividad económica no se podrá recuperar sin una fuerte inyección de recursos externos que, en el corto plazo, no pueden ser generados por la industria petrolera dada la notable destrucción de su capacidad productiva, ni por ingresos de capitales voluntarios, dados los elevados niveles de riesgo y la inestabilidad política predominante. Los recursos necesarios solo pueden provenir de la ayuda externa y de los organismos multilaterales, diseñados expresamente para ayudar a países afectados por crisis económicas como las que han afectado a Venezuela en los últimos años”.