Luego de 20 años de un modelo de gobierno agotado por malas prácticas y profundos errores en la planificación y ejecución de políticas públicas, nos hemos dedicado a la tarea, no sólo de hacer un análisis de la situación actual del país, sino de investigar y reconocer las mejores prácticas que ayudan a construir una mejor sociedad.
Hace 20 años en medio de una crisis política, económica y social, la sociedad optó por un cambio de actores para tratar de corregir los errores del pasado. Hoy la crisis económica política y social es peor que en aquellos años, y la búsqueda de soluciones es una necesidad urgente para el rescate de la calidad de vida de todos los venezolanos.
Y, como nosotros, muchos otros países han vivido cambios radicales para buscar soluciones más efectivas a los problemas de los ciudadanos. Hoy en día, el centro de toda política pública, se concentra en elevar al ciudadano como el centro de la acción social. Desde la construcción de carreteras y autopistas, pasando por la renovación de parques y espacios públicos, hasta la definición de las más altas políticas de Estado en planificación económica, de seguridad social, seguridad y defensa, entre muchas otras; todas estas acciones deben tener como premisa al ciudadano.
Existe un consenso universal que evalúa a la calidad de vida como el goce y disfrute de las
capacidades adquiridas, y que un Estado responsable debe brindar servicios de calidad como educación, salud y seguridad ciudadana, para que las personas puedan ejercer plenamente sus condiciones y aptitudes ciudadanas, en una sociedad llena de oportunidades para todos por igual.
La vigilancia y el respeto a las reglas de juego deben ser vitales en la construcción de un modelo social que ofrezca oportunidades para todas las personas. Gran parte de los errores que nos han llevado a esta crisis nacional, han sido por irrespetar las leyes y por crear esquemas administrativos que benefician a una pequeña minoría y no buscan defender la calidad de vida de los venezolanos.
La educación debe ser el pilar fundamental de cualquier sociedad. La mayoría de las sociedades que han logrado un salto significativo en calidad de vida, y en esfuerzos para superar la pobreza, han establecido a la educación como herramienta de cambio. Desde mejores escuelas para que la educación primaria sea de calidad, hasta tener universidades y centros de investigación capaces de potenciar la capacidad productiva del país. Todos los niveles son importantes para la sociedad.
Los mayores retos que tiene la sociedad latinoamericana, hoy en día, son conseguir gobiernos que puedan ofrecer y mantener este tipo de propuestas. Las instituciones sociales, como construcciones de normas y reglas de juegos hechas por todos y para la inclusión de todos, es el mayor desafío de nuestra sociedad. Con mejores jueces, mejores hospitales, mejores escuelas, construimos las bases para crear una sociedad más justa, equilibrada, inclusiva y dispuesta al desarrollo.
