Lo que viene en las elecciones de concejales el 9 de diciembre próximo es una hecatombe de todo el sistema de partidos: la abstención va a ser abrumadora. Si bien un 64% de los entrevistados en la última Encuesta Ómnibus Nacional de Datanalisis señala que iría a votar, solamente un 14% de ellos señala en un segunda pregunta que estaría “muy dispuesto a ir a votar.” Este último segmento de votantes potenciales es el que termina votando, pues quienes califican su intención de voto como “dispuestos, algo dispuestos o nada dispuestos” tienden a no votar. Así lo indica la comparación de nuestras encuestas con los resultados del CNE desde hace décadas.
La mayoría de quienes no voten le volverían a regalar la elección a un madurismo muy disminuido, lo mismo que ocurrió en las elecciones de gobernadores, alcaldes y presidenciales. En condiciones normales de participación, los candidatos oficialistas recibirían hoy un 19% de los votos válidos, equivalentes al nivel de aprobación de gestión presidencial actual. Mientras que los opositores tendrían un potencial del 81%. Pero la abstención afecta más a los opositores (90%) y ni-ni (90%) que a los chavistas (63%). Por lo que los votos válidos del chavismo tienden al 43%, más del doble de su potencial; los opositores al 21% (muy inferior al 81%), más lo que puedan obtener de los autodefinidos “ni-ni” con un potencial del 36% de los votos válidos. Es decir, que los “ni-ni” decidirán esta elección, no los opositores, a pesar del pésimo gobierno de Nicolás Maduro.
Un 14% de participación electoral sería una hecatombe que mostraría al mundo que los ciudadanos venezolanos no tienen quien los represente y que los partidos populistas no representan a casi nadie. Viene un tiempo nuevo en el que se rechazará el abstencionismo, el populismo, el socialismo y el oligopolio del gobierno y los partidos (oficialistas y de oposición) y surgirá un nuevo modelo de partido de centro derecha que se ocupará más de la gente que de alcanzar los cargos públicos; que, junto a los derechos humanos, los ciudadanos asuman también sus responsabilidades individuales,y de la desconcentración del poder.