El papa Francisco alabó este miércoles a la libertad, aunque “indisciplinada”, de un niño discapacitado que subió al escenario para jugar durante su audiencia general en el Aula Pablo VI para jugar durante algunos minutos.
La Guardia Suiza y los gendarmes de Vaticano se mantuvieron en sus puestos y dejaron que Wenzel Wirth, niño de 6 años, corriera alrededor del pontífice mientras los sacerdotes leían su lección de catecismo en varios idiomas en la sala de audiencias Pablo VI.
En un momento dado, la madre del niño, que es argentina-italiana, subió al escenario para bajarlo y le explicó al Francisco que el pequeño no podía hablar. El pontífice le respondió “Déjelo estar, déjelo estar”, así que se retiró y dejó que Wenzel siguiese jugando.
Cuando Francisco tomó el micrófono, explicó en español a los asistentes que el pequeño tenía problemas para hablar “pero sabe cómo comunicarse, cómo expresarse”. «Y tiene algo que me hizo pensar: es libre. Indisciplinadamente libre, pero es libre”, dijo el pontífice riéndose ante el aplauso de los presentes. “Me hizo pensar ‘¿Soy yo tan libre ante Dios?’”.
El padre del niño, Ariel Wirth, dijo a The Associated Press que Wenzel sufre problemas de comportamiento además de limitaciones en el habla, y que en su casa la familia deja que se exprese lo mejor que pueda.
«Cuando Jesús dice que tenemos que ser como niños, significa que tenemos que tener la libertad que tiene un niño ante su padre”, continuó el papa. «Creo que este niño nos da una lección a todos. Y nos hace que pidamos la gracia del habla (para él)”.
La familia vive en Verona y viajó a Roma solo para la audiencia general del miércoles. Wirth dijo que Wenzel estaba cansado tras el largo viaje y la espera para ver a Francisco y claramente necesitaba correr.
«Intentamos dejarlo ser libre. Él tiene que expresarse y nosotros vivimos sin esconder sus problemas”, explicó. «No estaba previsto”, apuntó añadiendo que cuando le dijeron a Wenzel que iban a ir a ver al papa el niño se mostró claramente contento con la propuesta.