Un terremoto de magnitud 6,3 se registró el domingo en el oeste de Irán cerca de la frontera con Irak, en el mismo lugar en donde otro sismo el año pasado produjo más de 600 muertes. Los primeros informes señalaron que hubo al menos 70 heridos.
El temblor se produjo por la noche cerca de Sarpol-e Zahab en la provincia de Kermanshah, en donde murieron la mitad de las víctimas del temblor de hace un año y en donde todavía hay algunas personas sin hogar.
La televisión estatal iraní reportó el sismo, mientras que la agencia de noticias semioficial Fars dijo que se sintió en siete provincias iraníes. Las autoridades dijeron que seis equipos de rescate fueron desplegados inmediatamente después de que dejó de temblar.
Morteza Salimi de la Cruz Roja iraní dijo que, ya que el área fue reconstruida por el temblor anterior, las autoridades esperan que no haya muertes, reportó la televisora estatal.
El sismo tuvo una profundidad de 10 kilómetros (6,2 millas), por lo que fue un temblor muy superficial. Los temblores superficiales tienen una mayor extensión de daño. El sismo se sintió hasta Bagdad, la capital iraquí.
Irán está ubicado en una de las fallas sísmicas y en promedio tiene un terremoto por día. En 2003, un sismo de magnitud 6,6 destruyó la ciudad histórica de Bam en el sur de Irán, matando a 26.000 personas.
El terremoto del año pasado, cerca de Sarpol-e Zahab, un pueblo con mayoría curda, tuvo una magnitud de 7,3. En la región, ubicada cerca de las montañas Zagros, muchos inmuebles sufrieron o quedaron muy dañados tras el terremoto de 2017, a pesar de que en décadas recientes había sido reconstruida casi en su totalidad tras la destructiva guerra entre Irán e Irak en la década de 1980.
