Para recordar: “Cualquiera que me negare delante de los hombres, le negaré yo también delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:33).
¿Qué es Sumisión? “Sumisión se refiere a la actitud que toman los individuos que se someten a la autoridad o voluntad de otras personas si hacer cuestionamientos” (www.significados.com/sumision/).
“Las personas sumisas se caracterizan por ser humildes, dóciles, obedientes, y toman una postura de subordinación y acatan todas las órdenes que les dan sin hacer reproches o quejas, aun cuando están en desacuerdo con lo que deben hacer, esto puede ser porque se sienten amenazados o inferiores a los demás” (Ídem, pagina “significados”).
La referencia mencionada concluye diciendo: “Sumisión en la Biblia…es someterse a Dios sin cuestionarlo y, acatando sus órdenes y enseñanzas con el fin de llevar una vida cristiana, seguidora y fiel del Señor Jesucristo y libre de todo pecado”.
En la Biblia, desde los comienzos de la tierra, Adán y Eva, dejaron de ser sumisos a Dios, cuya obediencia debía ser por amor. Y le desobedecieron aprovechando que el Creador les dio libre albedrío. Pero al comer del árbol, dejaron al Señor e inmediatamente se sometieron al diablo, a la serpiente antigua que los engañó y pasaron a ser sus esclavos. Tal como le pasa a algunos ciudadanos, que a expensa de violar normas, se someten a sus gobernantes, jefes, progenitores, esposos o esposas, líderes espirituales o sociales.
Ante la primera desobediencia, Dios le dijo a Eva, que de su “simiente” nacería un hijo que aplastaría a dicha serpiente (al diablo) en la cabeza; aunque la humanidad tuvo que ver pasar unos 4.000 años para ser librados del yugo Satánico, cuando Jesús, el Hijo de Dios murió en la cruz por todos nosotros.
No somos nadie para juzgar lo que le está pasando a numerosas personas en Venezuela, pero observamos que muchos son capaces de vender su conciencia por asuntos materiales y si los mandan a: reír, bailar, gritar, aplaudir, comprar bienes o ahorrar sin tener dinero, hasta violar leyes que se oponen a los designios de Dios o sus principios morales, lo hacen sin reparo alguno.
En ese sentido el apóstol Pedro dijo: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:39). Por ello Jesús había dicho: “Cualquiera que me negare delante de los hombres, le negaré yo también delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:33).
Hay muchas formas de negar a Jesús (como deidad de la Trinidad): Negamos a Cristo cuando no lo aceptamos como Salvador o no le rendimos Honra, Gloria y Adoración. Otra forma pudiera ser, tal como lo hizo el apóstol Pedro que lo negó 3 veces, o al no seguir sus pisadas o enseñanzas.
Después de los años 1500, Martín Lutero, no se sometió a la Iglesia Católica, junto a otros reformadores que se opusieron al sistema papal. Y en una ocasión se presentó en una audiencia con el emperador Carlos V, a pedido de Papa y le dijo: “Dios prohíbe que en las cosas concernientes a los bienes eternos, el hombre se someta al hombre. En el mundo espiritual la sumisión es un culto verdadero que no debe rendirse sino al Creador” (E. de White, Conflicto de los Siglos, p.154).
En ese orden, la autora citada escribió: “La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos” (La Educación, p.54).