Un ex narcotraficante mexicano testificó este jueves 15 de noviembre en contra del notorio capo de las drogas Joaquín «El Chapo» Guzmán, detallando cómo el cártel de Sinaloa pagó sobornos, preferiblemente en dólares estadounidenses, a comandantes policiales y otros funcionarios a fin de proteger sus operaciones.
Jesús Zambada, cuyo hermano era una vez considerado uno de los líderes de la organización criminal, dijo en su segundo día de declaraciones que Guzmán cierta vez le pidió dar 100.000 dólares y un abrazo a un general en el estado de Guerrero.
El miércoles Zambada dijo que Guzmán era “uno de los narcotraficantes más poderosos de México”. También explicó cómo el cártel obtenía ganancias enormes al introducir toneladas de cocaína en Estados Unidos.
Zambada, de 57 años, contador de formación y quien fue detenido en el 2008, es el primero de varios colaboradores oficialistas que se aprestan a desatapar el funcionamiento interior de un cártel de drogas notorio por su violencia y su sed de drogas y dinero.
Los abogados de Guzmán dicen que éste es víctima de una conspiración y que testigos como Zambada no son más que mentirosos ansiosos por reducir sus penas.
Pese a su corta estatura y su apodo de “El Chapo”, Guzmán era una figura gigante en México, ampliamente temido y admirado. Su defensa está tratando de contrarrestar esa imagen, aseverando que era un peón de poca importancia dentro de una gran organización delictiva.
El miércoles, la fiscalía federal mostró un video de un sofisticado túnel que comenzaba en México y desembocaba en un almacén en Arizona que, según dijeron, era usado para llevar drogas a Estados Unidos. El almacén estaba a apenas dos cuadras de la oficina de aduanas en la ciudad fronteriza de Douglas.