En una época en que el problema del narcotráfico se hacía cada vez más patente en México, un intento por matar a Joaquín “El Chapo” Guzmán salió mal.
Un equipo de sicarios enviados para aniquilar al notorio capo se equivocó y mató al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en el aeropuerto de la ciudad de Guadalajara, lo que indignó a la opinión pública mexicana al grado de generar una persecución masiva para capturar a Guzmán. Finalmente fue detenido, pero los fiscales dicen que no se desanimó en su búsqueda brutal del poder a lo largo de décadas, en la que escapó dos veces de la cárcel y dejó numerosos cadáveres tras de sí.
La historia del fallido intento por asesinarlo formará parte de un recuento épico a ser narrado en un tribunal fuertemente resguardado de la ciudad de Nueva York mientras los fiscales y los abogados defensores hacen sus declaraciones de apertura en el largamente esperado juicio a “El Chapo” en Estados Unidos.
Guzmán, que ha estado en encierro solitario desde que fue extraditado a territorio estadounidense el año pasado, se ha declarado inocente de los cargos de que amasó una fortuna multimillonaria en dólares contrabandeando toneladas de cocaína y otras drogas en una amplia cadena de suministro que llegaba a Nueva York, Nueva Jersey, Texas y muchas otras partes al norte de la frontera.
Si es declarado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.
Los fiscales han dicho que utilizarán miles de documentos, videos y grabaciones como evidencia, incluyendo material relacionado con el tiroteo en el aeropuerto de Guadalajara, casas de narcotraficantes, la fuga de Guzmán a través de un túnel en 2015 y la operación policial para recapturarlo.