Trece personas murieron el miércoles cuando un pistolero abrió fuego contra una multitud que celebraba una “noche universitaria” semanal en un bar de country en el Sur de California.
Según las autoridades, el incidente provocó una estampida de cientos de asistentes a la noche de baile y llevó a algunos a utilizar los taburetes de bar para romper las ventanas en su afán de escapar.
Entre los fallecidos estaban 11 personas que se encontraban dentro del bar, el pistolero y un sargento que fue el primer agente en entrar al lugar de los hechos, señaló el jefe de la policía del condado de Ventura, Geoff Dean.
“La de ahí dentro es una escena horrible”, dijo Dean en una conferencia de prensa en el parqueadero del Borderline Bar & Grill. “Hay sangre por todas partes”.
El pistolero era alto y vestía de negro con una capucha que cubría su cabeza y tapaba parcialmente su cara, según el relato que hicieron testigos del suceso a las televisoras en el lugar. Dijeron que el pistolero disparó primero a una persona que trabajaba en la entrada del local y después abrió fuego sobre la multitud de una forma que parecía aleatoria.
Muchas otras personas sufrieron heridas menores, incluidas algunas causadas por el intento de escapar, dijo Dean.
El sargento policial Ron Helus y un patrullero de tráfico que se encontraba cerca del lugar fueron los primeros en responder a varias llamadas a los servicios de emergencia y llegaron al Borderline Bar & Grill en Thousand Oaks alrededor de las 11.20 de la noche, señaló el responsable policial.
Helus fue abatido de forma inmediata con varios disparos, dijo Dean. El patrullero limpió el perímetro, logró sacar a Helus fuera del local y esperó hasta la llegada de un equipo SWAT y muchos otros agentes.
Para cuando entraron en el bar de nuevo, los disparos habían cesado. Encontraron los cuerpos sin vida de 12 personas, incluido el del pistolero. Dean señaló que no estaban claras las circunstancias de la muerte del atacante y que se desconocían su identidad y motivación.
Según la página web del Borderline, el miércoles se ofrecían lecciones de pasodoble country durante la noche universitaria semanal.
Cuando entró el pistolero, la gente gritó y se dispersaron por las esquinas del bar, mientras que algunos lanzaron taburetes de la barra del bar a través de las ventanas y ayudaron a docenas de otros asistentes a escapar, señalaron los testigos.
Tayler Whitler, de 19 años, señaló que se encontraba en la pista de baile con sus amigas cuando vio al pistolero disparar y escuchó gritos de “agáchense”.
“Fue realmente aterrador”, dijo Whitler a la cadena KABC-TV mientras su padre la acompañaba en el parqueadero del Borderline. “Parecía que sabía lo que estaba haciendo”.
Las balaceras son un fenómeno poco frecuente en Thousand Oaks, una ciudad de 130.000 personas situada unas 40 millas (64 kilómetros) al oeste de Los Ángeles, muy cerca de la frontera del condado.
Helus tenía 29 años de experiencia en el cuerpo policial. El veterano policía estaba casado y tenía un hijo, y había pensado jubilarse el próximo año, según dijo su superior, que se emocionó con lágrimas varias veces mientras habló sobre el sargento, con quien también le unía una profunda amistad.
“Ron era muy trabajador, era un sargento que estaba totalmente comprometido”, dijo Dean, añadiendo que “esta noche, como le dije a su esposa, ha muerto un héroe porque entró para salvar vidas”.