El gran éxito del Gobierno de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello es que lograron satanizar el hecho político y con ello han cerrado la posibilidad de un cambio democrático ya que la inmensa conflictividad social que se manifiesta a lo largo y ancho del territorio nacional y que penetra los mas ocultos lugares del tejido social no le afecta como estructura de Poder y antes bien se ha convertido en un maligno acoplamiento de la ciudadanía ante los torniquetes letales de la crisis.
Sin elecciones, ni dialogo, sin partidos políticos y con un liderazgo democrático opositor practicando un feroz canibalismo al Gobierno solamente le queda esperar sentado que el país que aun sobrevive entre también en postración y así todo el mundo quede bajo la discrecionalidad de sus limosnas y su brutal represión.
De esta forma una sociedad resignada al caos y a la espera de un cambio que nos llegue de afuera se ha entregado a la convicción virtual de que en algún momento Trump amanecerá de Señor de los Anillos y seremos liberados por águilas imponentes e invencibles, cuando la realidad es que sin una movilización interna importante estaremos fuera de la agenda de cualquier acción de rescate a nivel internacional.
Nuestro problema principal es que en la práctica ya existe esa movilización pero atomizada e inconexa, gente protestando por agua, gas, electricidad, transporte, comida, medicinas y un sinfín de carencia cotidianas, de igual manera todos quienes dependen de sueldos y salarios están en posición de reclamo airado contra la imposición de un sueldo mínimo plano que condena a todos por igual a la miseria. Todas estas manifestaciones de protesta tienen un denominador común que es la exclusión de la política y los políticos y con ello le regalan al régimen el ser la única opción para solucionar el drama existencial de los venezolanos.
Sin política, sin elecciones, sin conectividad de la problemática social con la posibilidad de alternancia en el Poder, nada de lo que hagamos tendrá la dirección correcta simplemente porque nos excluye como ciudadanos con derechos constitucionales y nos convierte en mendigos de un sueño de invasión militar extranjera.
De esta forma, incluso para activar cualquier colaboración internacional, es imprescindible que nos organicemos internamente y que actuemos en consecuencia, sin caer en la trampa oficial de declararnos enemigos a muerte de los instrumentos esenciales de la política como lo son las elecciones y los diferentes métodos de interrelación pacifica con los autócratas, entendiendo que comunicarse con el enemigo no es sumisión indigna sino abrirle camino a soluciones democráticas, tal y como lo asume nuestra admirada María Corina al declarar que ha mantenido conversaciones con relacionados al régimen.
Para reinsertar la política como plataforma de cambio y transición en el Frente Amplio Venezuela Libre Capitulo Lara estamos dando una lucha continua y denodada contra el pesimismo, hemos logrado convertirnos en espacio de tolerancia entre los diferentes actores y aunque el costo emocional ha sido alto, al menos hemos visto frutos en los niveles de coexistencia que actualmente tienen partidos,sindicatos,ONG,diputados ,gremialistas y en general todos quienes somos tripulantes de la esperanza democrática. Dios con nosotros