Para recordar: “Y no haréis rasguños en vuestra carne por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna: Yo Jehová” (Levítico 19:28).
Tatuarse, pareciera una moda, pero no es algo nuevo y se puede decir que data de la época de Moisés; quien fue el patriarca que escribió el texto de hoy. El problema para la humanidad, es que la prohibición de tatuarse la refrenda Dios mismo, cuando dice: “Yo Jehová”.
Si todo el mundo creyera (practicara) lo que dice la Biblia, fuera fácil escribir este texto o cualquier tema. Por ello, nadie a la luz de la Sagrada Escritura debería rasgarse la piel; imprimirse alguna señal en su cuerpo, ni si quiera los que son temporales.
Pensamos que por la gran cantidad de religiones no cristianas, filosofías, culturas o ideas que existen, genera numerosísimas personas que no creen en Dios. De pronto, hacen que el mundo marche muy distinto a como el Señor lo ha planteado.
Hace algunos años, un familiar estando en la playa decidió realizarse un tatuaje temporal. Al poco tiempo, de tal procedimiento, en un 50%, dicha tinta le causó una reacción alérgica, tuvo que ir a la emergencia de un hospital y gracias a Dios vivió para contarlo.
Hace tiempo deseábamos escribir sobre el tema, pero la oportunidad llegó tras un titular que publicó la patilla.com, del 01/10/18, el cual dice: “Se tatuó un seno y se quedó sin bebé y sin poder caminar”. Es la triste realidad de Luisa Fernanda, de 16 años, oriunda de Colombia, la cual abortó su futuro bebé, después de tatuarse y al mismo tiempo se complicó con una terrible infección en la médula espinal, que la dejó parapléjica. Y entre cirugías y tratamientos gastó mucho dinero; para el penúltimo tratamiento se calcula en unos 14 millones de pesos colombianos (unos 4.500 USD).
Por su parte la bbc.com (10/11/17), publicó que existen unos 7 países del mundo que ponen restricciones a los tatuajes, como en Japón, cuyos ciudadanos hace años se los hacen, pero los limitan. Entre otros países que condicionan a los mismos rasguños están: Sri Lanka, Tailandia, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Turquía y algunos turistas se han llevado sorpresas por ello.
Hacer una señal en la piel, era una práctica de los pueblos paganos y en la mayoría de las versiones bíblicas, por las palabras rasguño, sajadura, la traducen como “tatuarse”. Tampoco deberíamos hacernos tonsura, rapados, marcas por problemas personales o muerte de alguien (ver Levíticos 21:5; Deuteronomio 14:1; 1 Reyes 18:28; Jeremías 48:37, entre otros).
Personalmente, por T.V. o Internet, vemos tatuados a ciudadanos comunes; todo tipo de profesionales; actrices como Ruby Rose; deportistas como David Beckham; políticos, como Tarek W. Saab, Fiscal de Venezuela. Pero, ¿cuántos han muerto o enfermado por ello? Otros quisieran quitárselos y no han podido; de los motivos (figuras) son muchos; y dónde se los hacen algunos, ni hablar.
El tatuarse, no significa que le estamos llevando la contraria a los padres, gobiernos, culturas, entes de salud, sino a Dios.
Bien lo dijo el salmista David: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado y tu Ley está en medio de mi corazón (Salmos 40:8). También señaló: “En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti” (Salmos 119:11).
Jesús, el Hijo de Dios, fue quien refrendó la prohibición de los tatuajes y en su Segunda Venida, dirá a los anotados para ser salvos: “…en lo poco has sido fiel en lo mucho te pondré, entra en el gozo de tú Señor” (Mateo 25:23).