En octubre volveremos a registra una inflación mensual por encima de 50% y cumpliremos un año dentro del fenómeno de la “Hiperinflación”. En los informes publicados por la Asamblea Nacional, en los últimos dos meses, la inflación supera 200%. No hace falta ser economista para sentir este efecto en nuestra calidad de vida y en el costo de la cesta básica. Cada vez que hacemos mercado, nuestro dinero alcanza menos, esto sucede en medio de las nuevas medidas económicas anunciadas por el gobierno que, tras 60 días de su aplicación, no han resuelto los problemas de los venezolanos.
De la hiperinflación sabemos cómo se entra y cómo se sale, pero al gobierno no le interesa solucionar este problema que nos empobrece, ya no, día a día sino en cuestión de horas. El origen de este fenómeno es la indisciplina fiscal que tiene el gobierno con un gasto público desmedido y sin control, que termina generando espacios para la corrupción en los más altos niveles de la administración pública; esto, acompañado de la monetización de la deuda por parte de Banco Central de Venezuela y teniendo una política monetaria contraria a los intereses de toda Venezuela, los únicos beneficiados son Maduro y su combo.
En todos los casos de hiperinflación de nuestro continente, la solución fue alcanzada en cuestión de muy pocos meses y con el consenso social de administrar mejor el dinero público para evitar gastos de algunos privilegiados, y el compromiso institucional de las autoridades monetarias de mantener una política eficiente y mesurada; este pacto fue acompañado por todos los sectores de la sociedad, desde trabajadores, productores, sector bancario y el gobierno mismo.
Ahora, en nuestro caso, con cada anuncio que hace el gobierno nos aleja más de conseguir este camino. Por un lado, sus decretos solo profundizan el hueco fiscal y el desorden económico de la administración pública, desconociendo al Parlamento como único órgano capacitado para ejercer las funciones de control y con la constante persecución a los distintos dirigentes políticos, se aleja la posibilidad de construir un pacto social para la reconstrucción del país.
Nuestra propuesta pasa por hacer un gobierno responsable con la gestión pública y con la ayuda de todos los sectores para recuperar su calidad de vida y el valor de su trabajo. Hoy es necesario un cambio de modelo, el gobierno nos ha guiado al fracaso y la pobreza. Necesitamos brindar seguridad a nuestra gente de poder construir una gestión capaz de sacarlos de este desastre.