El premio de Nobel de Economía fue a dos expertos estadounidenses, uno dedicado al estudio de cómo integrar el cambio climático en los análisis macroeconómicos, y otro por el estudio de los efectos macroeconómicos de la innovación tecnológica.
William Nordhaus, de la Universidad de Yale, fue galardonado por sus averiguaciones sobre cambio climático. Paul Romer de la New York University fue honrado por sus trabajos sobre la innovación.
Ambos compartirán el premio de 9 millones de coronas suecas, equivalentes a 1,01 millones de dólares.
La Real Academia Sueca de las Ciencias elogió a Nordhaus por demostrar que “el remedio más eficaz para los problemas causados por los gases invernadero es un sistema global de impuestos a la emisión de carbón».
En cuanto a Romer, la academia lo honró por mostrar «que las fuerzas económicas controlan la disponibilidad de las empresas de producir nuevas ideas e innovaciones”.