No habrá Premio Nobel de Literatura este año, pero la Academia Sueca, que otorga el preciado galardón, sigue siendo el blanco de los reflectores.
Jean-Claude Arnault, un ciudadano francés que es una eminente personalidad cultural en Suecia, está en el centro de un escándalo de abuso sexual y delitos financieros que ha manchado a la academia y le ha obligado a suspender sus deliberaciones por un año.
El intelectual de 72 años está siendo juzgado en Estocolmo por la violación de una mujer hace siete años. Arnault rechaza los cargos.
Se espera el veredicto el lunes, el mismo día que comienzan los anuncios del Premio Nobel 2018 cuando el Instituto Karolinska informe sobre el ganador del premio de fisiología o medicina. El fiscal ha pedido para Arnault una pena de tres años de cárcel.
Pero cualquiera que sea el veredicto, no hay garantías de que se permita a la Academia Sueca seguir otorgando el premio de literatura.
Lars Heikensten, titular de la Fundación Nobel, advirtió que si la Academia Sueca no limpia su imagen, su organización podría encomendar el otorgamiento del premio a otros. Incluso insinuó que no se otorgaría el Nobel de Literatura en 2019, cuando el plan vigente es entregar el de 2018 y 2019 el año próximo.
Dijo al diario sueco Dagens Nyheter que es la Academia Sueca, no la Fundación Nobel, la que está en crisis.
“La pelota está esencialmente en el campo de la Academia Sueca”, dijo.
Las denuncias contra Arnault, quien dirigía un importante grupo cultural en Suecia estrechamente vinculado con la academia, comenzaron en noviembre de 2017 cuando 18 mujeres dijeron a un diario sueco que había abusado de ellas.
Arnault está casado con la poeta Katarina Frostenson, miembro de la academia que renunció en abril al escalar las tensiones.
Ese mes, la academia dijo que una investigación interna de denuncias de abuso sexual halló que hubo “conducta inaceptable bajo la forma de intimidad indeseada” en las filas de la institución.