El Juego de Garrote es una manifestación folclórica que aún sobrevive en el estado Lara, en poblados como Sanare y El Tocuyo, junto al baile o sones de negro del Tamunangue, el golpe tocuyano y los zaragozas.
Mezcla de arte y deporte, es en realidad ambas cosas: un arte de combate. Su origen se vincula a la esgrima española con ciertas influencias de otras culturas asentadas en nuestro país.
Desde las primeras crónicas aparece el uso que hacían los aborígenes venezolanos del garrote, siendo esta la única arma que podían portar para su defensa y rebeldía en el proceso de colonización y en luchas posteriores, por lo cual resultó prohibido en numerosas oportunidades, sobre todo durante el gobierno de José Antonio Páez.
La madera empleada para la fabricación del garrote suele provenir de los árboles de jebe y de vera, abundantes en El Tocuyo. Tiene un largo y meticuloso proceso: una vez cortado el palo, hay que dejarlo secar alrededor de cinco días en época de luna menguante. En luna nueva lo colocan en un fogón de leña, a fin de que se temple y pueda ser alisado, después permanece dos días al sol, se le unta grasa de chivo u oveja para evitar agrietamientos, y finalmente, se realiza el acto de tejido de nudos y estirado.
Similar a las cintas de las artes marciales, los botones de la empuñadura del garrote representan el grado o nivel en el cual se encuentra el jugador. Vale decir que las varas de los sones del tamunangue son normalmente de mucho más colorido; las damas les colocan cuatro flores, mientras los hombres colocan tres, simulando las gandiolas que tiene San Antonio en su mano. Este empate no sólo cumple una labor decorativa, sino que también posibilita una mayor precisión en el agarre de los palos.
En el arte de la defensa con garrote cobran suma importancia las denominadas “tapas”, éstas son formas de defender un ataque con palo o cuchillo, interponiendo el garrote con ambas manos que lo sostienen por los extremos. Para realizar una tapa con éxito, se debe observar con atención la posición e intenciones del contrario. De acuerdo a la distancia y la forma del ataque, la defensa puede ser vertical, horizontal o diagonal. Pero las tapas en las cuales se interpone el centro del garrote para chocar el palo contrario son las más conocidas y fáciles de realizar.
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Las posturas pueden variar en cada jugador al momento de hacer una llamada, puesto que obedecen a las condiciones físicas y necesidades individuales.
Cuando un jugador hace una llamada, es porque está preparado para defenderse y para contraatacar tan pronto esté finalizado el movimiento del contrario, a quien debe tratar de sorprender con habilidad y destreza.
El jugador elige la llamada en función de su estilo propio, sus condiciones físicas y la evaluación inmediata de su oponente.
De acuerdo a la postura del cuerpo y la posición del garrote, las llamadas se clasifican en llamadas de espera y observación, llamadas defensivas y llamadas de ataque.[/vc_cta]
•El juego de la batalla: se centra en la creencia religiosa hacia San Antonio. El desarme
finaliza cuando culmina el cantor de la batalla.
•El juego de garrote: su técnica es muy variada; además de utilizar un garrote, también se puede desarmar al oponente con la mano desocupada e incluso con los pies, a través de una patada.
•El juego de riña: se asemeja al anterior, salvo que los practicantes pueden aprovechar la lentitud del contrario para despojarlo del garrote, el cual es retirado con mucha habilidad. Cuando esto sucede, el desarmado se defiende a cuerpo limpio y trata de desarmar a su agresor con las manos.[/vc_cta]