El papa Francisco está buscando formas de consultar a católicos ordinarios sobre los temas que enfrenta la Iglesia y por ello otorgará más poder de decisión a los obispos para interpretar e implementar medidas.
El pontífice publicó nuevas directrices el martes para reformar el Sínodo de los Obispos, el cuerpo de consulta establecido hace 50 años para dar a los papas una forma organizada de juntar a los obispos para debatir los problemas a los que se enfrenta la Iglesia.
En el pasado, en los sínodos se hacían sólo propuestas para que las sopesara el pontífice. Las nuevas normas dicen que el documento final de los obispos _de ser aprobado por el papa_ se convertirá en parte de su doctrina oficial o magisterium.
Francisco también estableció un proceso para consultar a los fieles ante un sínodo, como lo ha hecho informalmente en sus encuentros familiares de 2014 y 2015, y el próximo sínodo dedicado a los jóvenes.