En plena crisis que amenaza la supervivencia del bloque, el presidente Evo Morales inauguró una moderna sede para el parlamento de UNASUR que le costó a Bolivia cerca de 50 millones de dólares.
«Vamos a seguir construyendo la integración sudamericana porque es un camino sin retorno», dijo el mandatario el miércoles en la noche durante la entrega de la sede de 12.000 metros cuadrados construida en las afueras de la ciudad de Cochabamba, en el centro del país.
Morales asumió este año la presidencia de la Unión de Naciones Sudamericanas integrada por 12 naciones.
Colombia renunció a fines de agosto acusando al bloque de no denunciar los «atropellos» del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú anunciaron su alejamiento temporal en abril tras las disputas entre los socios por la designación del secretario general.
Morales ha evitado referirse a la crisis y ha manifestado antes su deseo de recomponer el bloque, pero no se conocen los resultados de sus gestiones.
El mandatario boliviano dijo que Bolivia financió íntegramente la construcción de la sede emplazada en tres edificios con helipuertos, tres auditorios -uno de ellos para 1.300 personas- y amplios salones de debates.
La sede de la secretaria general de UNASUR está en Quito, Ecuador.
La oposición política ha dicho que la edificación quedará como «elefante blanco», inútil y cara.
Morales señaló que la sede servirá, además, para encuentros internacionales y nacionales, ceremonias de graduación de bachilleres e incluso bodas.
UNASUR fue creada hace una década en pleno auge de los gobiernos izquierdistas en la región para contrarrestar el dominio de Estados Unidos.
En su visita a La Paz tres semanas atrás el canciller Aloysio Nunes dijo que Brasil está de acuerdo en reformar el bloque para resolver problemas concretos de integración y pidió al gobierno boliviano «evitar polarizaciones estériles».
