“Me defino como una persona alegre y obstinada”, explica entre risas, María Giménez, una joven promesa del judo venezolano que representará al país en los III Juegos Olímpicos de la Juventud, Buenos Aires 2018.
Giménez transmite dulzura. Con 16 años ya empezó a escribir páginas doradas en los 44 kg de la historia del deporte de Venezuela. En 2017, la nacida en Puerto Ordaz, Bolívar, se alzó con oro en los II Juegos Suramericanos de la Juventud, a su vez, volvió a hacer de las suyas en el Panamericano Cadete y Junior, Santo Domingo 2018 al ubicarse en lo más alto del podio. En Argentina, repitió el primer lugar en la categoría cadete, mientras que en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Barranquilla 2018, cerró de tercera.
“Los Juegos Suramericanos fueron muy importantes para mí. Fue mi segunda competencia internacional y me esforcé bastante para ser campeona”, explica Giménez, quien inició a los seis años a practicar judo. “Veía a mi hermano entrenar y por qué no hacerlo yo también, si este deporte es tanto para hombres como para mujeres”.
La clasificada a los Juegos Olímpicos Juveniles, expresó su admiración por la judoca Elvismar Rodríguez. “Ella es de mi estado y ha sido compañera en mi club. Me ha ayudado, corregido. Quiero ser como ella porque es una de las mejores”.
Por todo lo alto
Giménez no descansa, trabaja por cumplir cada una de sus metas. “Representar a Venezuela era algo que quería. Mi sueño no solo es ir a unos Juegos Olímpicos, sino continuar dando frutos y siempre dar lo mejor de mí en cada competencia”.
Su sinceridad y humildad la caracteriza. Aunque revela no gustarle la física, entre sus planes está ser criminalística. “Quiero continuar estudiando y entrenando”, añade.
Pasión y disciplina
Giménez extendió sus agradecimientos al pilar de su vida: Su familia. “Yo le agradezco a mis padres porque me han dejado entrenar y mis sensei, tanto como los de base, infantil y ahora en cadete porque han creído en mí”.
El mensaje de María Giménez es claro: Nunca hay que dejar a un lado los sueños, independientemente de lo difícil que creas que sean. “A pesar de que hayan personas que te digan que no puedes tienes que seguir esforzándote para decirle al mundo que sí puedes con todo”.