La grave crisis humanitaria debido a la escasez de comida y medicamentos así como un proceso hiperinflacionario acelerado y los altos niveles de inseguridad que vive Venezuela ha producido un éxodo sin precedentes en la historia contemporánea del país.
El drama migratorio es tan grande que muchos venezolanos que están llegando a Bogotá (Colombia) están durmiendo en carpas que llevan consigo o en otras improvisadas. Este «asentamiento» lo están haciendo en un parque muy cercano al principal Terminal de buses de la ciudad.
De acuerdo a la Agencia de Refugiados de la Organización para las Naciones Unidas (ONU) al menos 5.000 venezolanos salen del país por sus fronteras; más de la mitad se queda en Colombia, mientras que el resto parte a otros países del cono sur, como Ecuador, Perú, Chile y Argentina.
El pasado jueves 6 de septiembre, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro precisó que la semana entrante haría una visita hasta el país cafetero para observar de primera mano la realidad de los migrantes venezolanos, un problema que se ha convertido en prioridad para los gobiernos de América del Sur.