Como es costumbre desde su aparición 1530, cada 8 de septiembre la feligresía católica tanto del oriente como del resto de Venezuela se congregan en la Basílica menor de Nuestra Señora del Valle ubicada en El Valle del Espíritu Santo (Nueva Esparta) para venerar la Virgen del Valle.
El culto a «Vallita», como la llaman cariñosamente los orientes, data del siglo XV con la llegada de los españoles a la isla de Cubagua cuando trajeron una imagen de la virgen desde España. En esa oportunidad le llamaban «La Purísima».
Cuenta una leyenda que un pescador se sumergió a buscar perlas pero fue embestido por una mantaraya, causándole una herida sangrante en la pierna. Cuando regresó a la orilla, el pescador prometió que si la Virgen lo sanaba, la primera perla que conseguiría se la daría.
Afortunadamente, el pescador se sanó y cuando volvió a buscar una perla encontró una con forma de pierna y que mostraba hasta el rastro de la cicatriz. La perla en forma de pierna puede ser admirada en el Museo Diocesano de El Valle del Espíritu Santo.
Veneración y celebración
La «Vallita», es venerada en Nueva Esparta, Anzoátegui, Sucre, Monagas, Delta Amacuro, parte de Bolívar, y en la ciudad de Zaraza en el estado Guárico.
Es usual que todos los obispos del oriente del país se congreguen los 8 de septiembre para oficiar una santa misa, en la que los presentes suelen utilizar los sombreros típicos de los pescadores llamado «cogoyo», que solían utilizar los pescadores durante la época de colonización.
