Los investigadores mantenían la esperanza de poder recuperar de algún modo un famoso cráneo y otros objetos de valor de entre las cenizas de un gran incendio que arrasó el Museo Nacional de Brasil, luego de que los bomberos hallaron fragmentos de huesos pertenecientes a la colección.
Las autoridades dijeron que hasta el 90% de la mayor colección de tesoros de América Latina pudo haber sido pasto de las llamas en el incendio declarado el domingo. Las imágenes aéreas del edificio principal mostraron montones de escombros y ceniza en las salas donde el techo se vino abajo.
Los bomberos «hallaron fragmentos de huesos en una sala donde se guardaban muchos objetos, incluso cráneos», dijo el martes la vicedirectora del museo, Cristiana Serejo. «Falta reunirlos y llevarlos al laboratorio para saber exactamente qué son».
En su colección de unos 20 millones de objetos, uno de los más preciados es el cráneo llamado Luzia, uno de los fósiles más antiguos hallados en América.
Pese a las evidentes pérdidas, Serejo dijo a reporteros el martes que el personal tenía «esperanzas razonables de encontrar algunos artículos más en el interior».
Partes de la colección se salvaron gracias a un profesor que entró en el edificio en llamas, y otras estaban guardadas en otros inmuebles, aunque algunos de ellos estaban también en peligro. Por ejemplo, un corte de electricidad en un edificio anexo hizo que algunos especímenes congelados comenzaran a pudrirse.
Paulo Buckup, profesor del departamento de Zoología del Museo Nacional, recordó el martes cómo él y otros voluntarios rescataron moluscos y otros especímenes marinos durante el fuego, entrando y saliendo del edificio varias veces hasta que su tarea se convirtió en demasiado peligrosa. En la oscuridad, el grupo intentó identificar los objetos más valiosos del acervo del centro, dijo lamentando que solo salvaron una «parte minúscula de la herencia que se perdió».
Pese a los artículos que se salvaron del fuego, muchos han señalado ya que las pérdidas serán inconmensurables. Marina Silva, candidata a la presidencia en las elecciones de octubre, dijo que el incidente fue una «lobotomía de la historia brasileña».
El diario O Globo escribió en un editorial publicado el martes: «La magnitud de la catástrofe es vasta: golpeó la memoria nacional a través de la pérdida de la importante colección histórica; afectó a las ciencias, interrumpiendo la investigación; y representa una pérdida cultural imposible de cuantificar. Solo sabemos que esto es enorme».
Mientras se investiga la causa, el desastre provocó una serie de recriminaciones en medio de acusaciones de que los sucesivos gobiernos no destinaron suficientes fondos al museo, y se teme que otras instituciones puedan estar en peligro. Las autoridades apuntaron que se sabía que el edificio era vulnerable al fuego y que necesitaba amplias reparaciones.
El banco nacional de desarrollo anunció el martes que pondría seis millones de dólares a disposición de los museos que quieran mejorar su seguridad o sus planes de prevención contra incendios. En la víspera, funcionarios del gobierno prometieron 2,4 millones de euros para apuntalar la sede del Museo Nacional y se comprometieron a su reconstrucción.
Por su parte, la UNESCO, la agencia cultural de la ONU, ofreció ayuda financiera y técnica, como funcionarios de Francia y Egipto. El museo contenía piezas egipcias y los ministerios de Exteriores y Antigüedades del país se mostraron preocupados por el paradero de esos objetos.