La magnitud de los ajustes anunciados crea unos desequilibrios importantes para las empresas, tanto en reservas operativas para hacer frente a las erogaciones obligatorias, en pérdidas por pasivos resultantes, en flujo de caja por los incrementos de costos y precios resultantes, en descapitalización resultante de la perdida del poder adquisitivo del bolívar, como moneda de curso legal, y en perdida de ventas como consecuencia de la merma del poder adquisitivo de los consumidores.
Así lo expresa el texto de un “Memorandum Interno” enviado por la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria) a sus organizaciones afiliadas, al cual tuvimos acceso, fijando posición en torno al conjunto de medidas económicas, anunciadas por el presidente de la República, Nicolás Maduro, las cuales tienen un impacto negativo en el sector productivo.
Señala el organismo gremial, que las políticas anunciadas, no incluyeron temas trascendentales como son la necesaria creación de ingresos adicionales de divisas para el país, la reestructuración de la deuda soberana venezolana- Que permitiría regresar a la legalidad el desconocimiento en honrar deuda del Estado o de Petróleos de Venezuela, Pdvsa-, la disminución en gastos del Estado cuyos mecanismos inadecuados han causado la hiperinflación por la cual atraviesa el país, así como la recuperación de servicios públicos, como el servicio de electricidad que falla regularmente en todo el país.
Tampoco se abordaron temas tan indispensables como el servicio de salud pública y la recuperación de empresas, que habiendo pasado de manos del sector privado al sector público dejaron de producir las materias primas necesarias para los encadenamientos industriales aguas abajo. En consecuencia, no se puede hablar de paquete de medidas complementarias que permitan abordar los diversos aspectos que regulan la economía nacional, sino una cadena de medidas aisladas, muchas contradictorias entre sí.
Incertidumbre y ansiedad
Advierte Conindustria que los anuncios han generado incertidumbre y ansiedad tanto en nuestros agremiados, como entre otros empresarios, gerentes, trabajadores y consumidores, con lo cual el comercio entre empresas ha tenido una disminución significativa en el número de transacciones, durante los días que siguieron al viernes 17 de agosto, cundo se hicieron públicas las medidas.
Esta ansiedad es visible en el incremento de la tasa de cambio del denominado mercado paralelo, la cual si bien no puede ser utilizada por las empresas cuyos productos están sujetos a regulación de precios, es un reflejo de las dispersiones de la economía y de la prima de riesgo imperante en el país.
Admite el gremio industrial, que si bien Maduro reconoció, por primera vez, la existencia de un importante desajuste entre ingresos y egresos del Gobierno, déficit fiscal, cuya monetización (denominada comúnmente como una impresión de dinero inorgánico), ha causado la hiperinflación e indicó que llevaría de inmediato es déficit a “cero”, las medidas de ajuste salariales a empleados públicos, jubilados, los denominados bonos de transferencia y su oferta de asumir nóminas de empresas del sector privado, sin contar con los fondos necesarios, revelan no solo la incongruencia entre lo reconocido y las políticas anunciadas, sino también la imposibilidad de disminuir dicho déficit, este déficit equivale a un sobregiro del gobierno en sus cuentas el cual no tiene como cubrir.
Más inflación
En consecuencia, en los días y semanas venideros veremos un incremento substancial en las presiones inflacionarias. La respuesta del gobierno ante lo que fue generado por las propias autoridades, ha sido, nuevamente,controles de precios que no guardan relación con los costos y amedrentamientos a empresarios y gerentes, medidas estas que han fracasado contundentemente y reiterativamente en oportunidades anteriores, y que han resultado en signiticativas pérdidas de productos, de puestos de trabajo para venezolanos y disminución de volúmenes y gama de productos para consumidores.
Ante esto recomendamos a las empresas una actualización inmediata de sus estructuras de costos, a fin de exponer los cambios ocurridos y poder sustentarlos ante inminentes y agresivas fiscalizaciones.
Por otra parte, Maduro también reconoció el debilitamiento del bolívar y ofreció anclarlo y mantenerlo fluctuante, lo cual resulta incongruente, así como el uso del Petro como unidad de cuenta, sin responder por las desviaciones de las cuales será objeto esta unidad de cuenta como consecuencia de estas referida a un bien no transable y cuyo uso está prohibido por la Constitución Venezolana.
También, la tasa de cambio oficial se devaluó en un 95,83% con lo cual aquellas operaciones referidas en dólares sufrirán unos incrementos significativos. En lo que se refiere a los mecanismos cambiarios a los cuales debería tener acceso las empresas cuyos productos estén sujetos a regulación de precios, estos siguen siguen siendo controlados bajo el único mecanismo oficial e inefectivo, denominado Dicom, con lo cual ese grupo de nuestros afiliados seguirá imposibilitado, en su gran mayoría, de poder adquirir materias primas y repuestos importados.
La destrucción del bolívar, como mecanismo transaccional y de ahorro previsiblemente continuará y no es más que un reflejo del destrozo del país, así como la fortaleza del dólar americano es una muestra de la fortaleza de la economía norteamerciana. Solo las personas que tienen la competencia suficiente para producir dinero real, legal y legitimo, con honestidad y apego a leyes reconocen y respetan la necesidad de tener monedas fuertes y estables.
Ofertas peligrosas
Maduro también reconoció que es aumentando el poder adquisitivo y no bajando los precios que se consiguen los verdaderos equilibrios, más sus acciones no se corresponden con lo que dice entender, toda vez que el ajuste salarial decretado, no solo perderá su poder adquisitivo muy rápidamente, sino que se recurrió nuevamente a un irracional, represivo e insostenible control de precios.
Su oferta de que el Estado asume el costo de la nomina de trabajadores por tres meses, no solo es enormemente inflacionario, ya que se financiaría nuevamente con emisiones inorgánicas, sino que puede permitir una vía para la sustitución de patronos de hecho, para aquellos agremiados que decidan acogerse a esta oferta, abriendo las puertas de las empresas a novedosos mecanismos de toma de control de las mismas, que tan perjudiciales han resultado tanto para trabajadores, para empresarios y consumidores.
Estima Conindustria, que si el gobierno realmente pretendiera contribuir a compensar los desajustes en las empresas, este lo ha debido hacer por la vía de las disminuciones o exoneraciones fiscales por los montos de los aumentos de las nóminas durante los tres meses requeridos. En todo caso, las recomendaciones de nuestra Comisión Laboral es no afectar la relación directa entre empresas y trabajadores, compensar la perdida de poder adquisitivo de los trabajadores más allá de los mínimos decretados por Ley y mantener la plantilla de trabajadores en la previsibilidad de que un cambio político pueda requerir en las empresas, de las experiencias desarrolladas por los trabajadores a lo largo de sus años de capacitación, siempre que esto sea financieramente viable.
Los ajustes fiscales, vienes a representar a su vez, un reconocimiento de la carga fiscal, tanto para las empresas como para los consumidores. Las empresas ahora enfrentarán tres tipos de impuestos por ventas: el correspondiente a los impuestos municipales, el correspondiente al Impuesto al Valor Agregado (IVA, ahora aumentado del 12% a 16%) y el novedoso mecanismo de cobro de Impuesto Sobre la Renta, cobrado ahora por anticipado, y sobre ventas. Igualmente el incremento del impuesto a las transacciones formará parte del costo de los productos. Todos estos gravámenes significan transferencias desde el bolsillo de unos muy empobrecidos consumidores a las arcas del Estado.
Aranceles y combustible
El documento, hace algunas observaciones en torno al tema arancelario y del aumento del combustible. Señala que los aranceles son mecanismos de protección que los países instrumentan para que sus empresas puedan competir con aquellas firmas internacionales que por el tamaño, tecnología u otras condiciones representan beneficios que las empresas locales no tienen.
Exonerar estos aranceles significa desmontar mecanismos estructurales conforme a tejidos de producción propios de cada país y expone a las empresas productoras venezolanas a desventajas comparativas con otros países. Las cadenas industriales implican que lo que es materia prima de una empresa es producto terminado de otra. Por tanto, estas exoneraciones son un mecanismo de debilitamiento para el tejido industrial venezolano, el cual sumado a los mayores impuestos por ventas, transacciones y a los desajustes recientemente creados por el Gobierno, muestran lo que no se puede leer sino como una intención de quiebra de empresas por parte del gobierno de turno.
En lo que se refiere al aumento en el precio de la gasolina, muy necesario para la salud financiera de Pdvsa, así como las demás empresas que deben tener los precios de sus productos cubriendo sus respectivos costos, resulta inaceptable transferir a los consumidores el costo de haber mal administrado esta empresa durante años y elevar los precios sin presentar un plan de recuperación de esta que sea creíble, transparente y auditable.