Cuando este martes la reconversión le quite cinco ceros a la moneda, cien mil bolívares del lunes se habrán convertido en un bolívar. Como es la segunda reconversión en diez años, tuvimos una en 2008 que le quitó tres ceros, significa que en diez años nuestra moneda ha perdido cien millones de veces su valor.
Fue una cruel ironía que al devaluado bolívar de 2008 lo llamaran bolívar fuerte y su debilidad era tal que siguió perdiendo poder de compra. Y todos vivimos, no nos lo han contado, lo hemos vivido, cómo subieron el sueldo mínimo y la pensión del seguro, y los sueldos aumentaron con más frecuencia que antes, pero cada vez comprábamos menos cosas de las que necesitábamos, no sólo porque cuesta conseguirlas o no se consiguen, sino porque la plata vale menos. El bolívar fuerte era, en realidad, cada vez más débil.
Irónico lo de los bolívares fuertes y grotesco esto de que a un bolívar que es igual a cien mil de esos lo llamen soberano. Soberano cuando a punta de endeudamiento, insolvencia, escasez de divisas para importar lo necesario y reducida nuestra producción agrícola e industrial y con cinco años seguidos cayendo nuestro producto interno bruto, somos menos soberanos que nunca.
En estos días escuché en la radio a un constituyente que el bolívar soberano sería más fuerte que el dólar. Súmele el euro y la libra esterlina camarada. Pero si así fuera se cambiaría libremente y con un embate de unos cuantos millardos de soberanos harían esos genios financieros tambalear a Wall Street, la Reserva Federal y el Banco de Europa. ¿Alguien ha sabido que el solidario gobierno de Cuba cambie sus reservas a bolívares soberanos o a petros? Pero este buen señor, a quien no le cree ni su mamá, sólo repite como loro el caletre propagandístico que los verdaderamente vivos que baten el cobre revolucionario, cobre de cobrar y darse el vuelto, le inoculan en su blandita buena fe a base de propaganda.
¿Fuerte? ¿Soberano? Cosas de la propaganda mentirosa y la de este régimen miente con impudicia. Caras tan duras tienen ministros y voceros, empezando por el primero, bastante sagaz es para las manipulaciones y mañas del poder, pero cuentas no sabe sacar, porque no enseñan economía en la “Ñico López”, que decirles caras de tabla es insignificante. Esas caras son de diamante. Caras carísimas. Pueden enorgullecerse.
Soberano tonto el que crea el cuento. Nuestra moneda, como nuestro país, es hoy más débil y vulnerable que nunca. Eso debemos cambiarlo.