Cruz María Gómez, junto a su familia, ha tenido que hacer 36 viajes desde su casa hasta una finca para poder llenar una sola “pipa” de agua. Cansada, molesta y decepcionada dice que desde hace dos meses no cuentan con el vital líquido porque Mirna Víes no sabe dónde queda el sector El Placer, en el municipio Palavecino.
El sol la encandilaba y el sudor en su cuerpo dejaba ver que acompañó a los manifestantes por más de cinco horas mientras mantenían cerrada la principal arteria vial exigiendo agua.
Comunidades como La Montaña, El Tamarindo, La Rosa, La Mendozera y La Vivienda están en las mismas condiciones y no cuentan con el mismo “privilegio” de Cruz María de acceder al agua dos veces a la semana, por dos o tres horas, en la hacienda del vecino.
“Tenemos dos meses que no nos llega el agua. Se dañó la bomba y los representantes de Hidrolara le echaron la culpa a Corpoelec. Desde ese momento, se la llevaron para repararla, pero hasta la fecha no la han traído. Nos están matando poco a poco, ya esto no se aguanta”, denunció una mujer que no tenía control de su propio cuerpo.
No los perdonan
Una de las protestantes, de piel morena y con cabello rizado, reveló que los camiones cisternas se aprovechan de la escasez de agua en estas barriadas para pedir a cambio tres productos de la cesta básica o cajas Clap y así surtir a las comunidades del vital líquido.
“Cuando se dañó la bomba nos mandaron un camión cisterna que solo cubrió el 25 % de las comunidades. Ahora, hay que pagarles con productos de la cesta básica para que nos surtan de agua. Todo es una usura, se aprovechan de las necesidades de la gente”, denunció.
Proliferación de enfermedades
Cruz María, al igual que muchas madres de las comunidades afectadas, aseguró que la falta del agua ha traído como consecuencia un brote de enfermedades, entre las que destacan Hepatitis, diarrea y virus estomacales.
“En mi casa somos cinco personas y a todos nos atacó un virus por una semana. Nos toca dormir en la sala de nuestras casas porque el olor putrefacto que sale de los baños no nos deja dormir. Aquí quienes se ven más afectados son los niños y los adultos mayores”, sentenció mientras calmaba a la multitud que peleaba con los conductores que solicitaban a los manifestantes abrir el paso vehicular.
Gómez también señaló que les ha tocado hacer sus necesidades fisiológicas en el patio de su vivienda o en una bolsa de plástico y luego botarla en un montarral lleno de desperdicios que queda justamente en la entrada de El Placer.
Se declaran en hora cero
Los manifestantes aseguraron que si no se apersona Mirna Víes a darle una solución, que no sea de “pañito de agua tibia”, no van a levantar la protesta. Se declararon en “hora cero” con la único objetivo de lograr la restitución del agua en las comunidades.
“Mirna Víes tiene que darnos la cara. Que deje de estar visitando tanto Las Gaviotas. Aquí necesitamos una alcaldesa que resuelva los problemas y le solución a la gente. La esperanza de Carmen Meléndez y de la alcaldesa de Palavecino todavía no ha llegado. ¡Queremos agua!”, manifestó indignada una dama con un niño en sus brazos.