Venezuela rechazó categóricamente el miércoles la acusación de la cancillería de Colombia sobre una supuesta incursión de aeronaves militares venezolanas en territorio colombiano y afirmó que se trataría de un informe falso.
El gobierno de Nicolás Maduro aseveró en un comunicado que “no ha existido incursión aérea ni terrestre de ningún tipo, así como ningún otro acto violatorio de la soberanía» colombiana. Por ello, agregó, “no tiene dudas” en calificar la denuncia como un “nuevo falso positivo”. En Colombia se denomina “falso positivo” a los hallazgos o pruebas que se consideran verdaderas inicialmente pero que luego se demuestra que son falsas.
La víspera la cancillería colombiana señaló en un comunicado que el domingo, en un sector del municipio de Tibú -en el limítrofe departamento de Norte de Santander- dos helicópteros de la Guardia Nacional venezolana violaron la soberanía colombiana y al menos 30 militares armados supuestamente descendieron de las aeronaves.
En el escrito la cancillería venezolana destacó que los cuerpos de seguridad de Venezuela tienen presencia en la zona fronteriza como respuesta indispensable a «la necesidad de contener las nefastas consecuencias de la violencia y el narcotráfico procedentes de Colombia», flagelos que Venezuela ha sufrido por décadas y que “se han convertido en una verdadera amenaza” para el país.
En ese sentido comentó que en los últimos días en la zona limítrofe, en territorio venezolano, la Fuerza Armada «propinó un duro golpe más al ubicar y desmantelar un campamento instalado por grupos del narcotráfico colombiano» que incluyó la destrucción de cuatro laboratorios para el procesamiento de cocaína cuyos insumos, equipos y materia prima provenían de Colombia.
Las relaciones entre Venezuela y Colombia han sido tensas desde la llegada al poder del fallecido presidente Hugo Chávez en 1999 y los roces se acrecentaron durante el mandato de Maduro, quien suele acusar a Bogotá de conspirar para desacreditar a su gobierno y derrocarlo.