El Gobierno no cuenta con respaldo para cumplir con los descomunales aumentos que ha anunciado, según la apreciación del Dr. Américo Martín, analista político, autor de varios libros y columnista de diversos medios internacionales.
La capacidad de compra es ahora peor que antes de que comenzara la reconversión monetaria, dijo al examinar los anuncios formulados por el presidente de la República, Nicolás Maduro, el viernes pasado. Yo estoy sorprendido de la rápida comprensión de la gente ante la realidad de ese aumento descomunal del salario mínimo.
Ese incremento no tiene respaldo que no sea el emanado de la máquina de hacer billetes del Banco Central de Venezuela, Martín considera que es absurdo dictar incrementos salariales cuando no hay producción en el país y la situación se ha venido agravando por la caída del precio del petróleo, el único rubro que genera dólares.
El Gobierno se ha pasado con unos anuncios fuera de la realidad, que sabe perfectamente que nos los va a poder honrar.
Esa reconversión monetaria, extremadamente confusa, es una ficción del quinto diablo. Se trata de quitarle cinco ceros a la moneda como una forma de bajar la inflación; pero, la capacidad de compra es peor de lo que teníamos antes.
Lamento, manifestó Martín, que el Gobierno no entre en razón, porque el país se está destruyendo, despedazando y todas las medidas no tienen sustentación lógica.
El Gobierno hace un anuncio genérico al asociar el bolívar soberano con el dólar, que en principio podría tener sentido económico; pero, siempre que sea acompañado con un creciente índice de producción de bienes. Tiene sentido económico. Tiene que acompañar.
Pero, inmediatamente el ministro Tareck El Aissami hace anuncios que van contra la productividad, ya que se han previsto decisiones fiscales muy fuertes.
Para que el bolívar adquiera consistencia debe ser respaldado por la producción creciente, pero los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) son aterradores, ya que no sólo se habla de un retroceso del 17 por ciento sino de que la inflación, el problema número uno del país, había sido prevista en un millón por ciento para el cierre del presente año.
Sin embargo, con los anuncios del viernes pasado se teme que ese incremento sea de cuarenta y cuatro millones por ciento, porcentaje que no se puede manejar.
Y lo más preocupante es la caída de la producción petrolera, ya que ésta ha descendido a un millón de barriles diarios, según las cifras que tiene el FMI y la Agencia Internacional de Energía, lo que hace inviable la economía nacional.
Al Gobierno no le quedará otra salida que hacer despidos y actuar con represión ante las quejas, manifestaciones y protestas que se irán a producir porque el alto costo de vida será cada vez más arrollador.
En cuanto al propósito del Gobierno de imponer el petro, Martín expuso que ésta no es una moneda, porque la moneda se rige por varias funciones, entre las cuales figura la reserva y el cambio con otros signos monetarios, pero estas condiciones no existen.
El petro para que funcione, además, debe basarse en la confianza, cosa que no existe porque los Estados Unidos ya con anticipación en meses pasados dijeron que lo desconocerían e incluso amenazó con sancionar a empresas de ese país que negociaran con esa criptomoneda.
Si no goza de la confianza y es rechazada por proveedores de moneda dura, sencillamente no cumplirá ninguna función.
Es por ello que el Gobierno ha hecho el reconocimiento al dólar today porque ha reconocido el dólar flotante. Al final, el petro no tiene sentido y Maduro sostiene esa ficción por una cuestión de orgullo, de vanidad.
Considera Martín que debiera el Gobierno rectificar porque la situación se ha tornado muy crítica, màxime cuando existe el temor de que ya los tanqueros que transportan petróleo pueden ser embargados.
Y además existe el riesgo de perder a Citgo, la empresa que todavía dispone de oleoductos, estaciones de servicio y algunas refinerías para procesar el crudo venezolano, que es muy pesado.
De igual forma tiene que haber preocupación por la decadencia de PDVSA, que aún sigue produciendo el único rubro que le proporciona al país las pocas divisas.
Las esperanzas están en recuperar la democracia, tomando en consideración la confianza ganada en la comunidad internacional.