«Este billete va para la basura», afirmó el lunes el empleado de una gasolinera de Venezuela tras recibir un viejo billete de 100 bolívares que le dio un cliente al arrancar la reconversión monetaria, aunque la nueva moneda aún no está en circulación.
«Si no tengo más monedas, ¿de dónde voy a sacar los reales?», respondió Ángel Blanco, un médico de 67 años, al empleado de la estación de combustible que aceptó resignado el billete y poco después lo lanzó a un lado de la máquina dispensadora de gasolina.
La eliminación de cinco ceros al bolívar comenzó en medio del desconcierto y temor de los venezolanos y la cúpula del sector empresarial, que advirtió el lunes que las recientes medidas anunciadas por las autoridades colocan al aparato productivo de Venezuela en «grave riesgo de quiebra».
«Esto es lo peor que pudo haber pasado porque la inflación va a ser horrible», expresó William Méndez, un empresario de 47 años, tras sacar del bolsillo un fajo de viejos billetes para pagar el llenado del tanque de su carro.
En el inicio del proceso las autoridades aceptaron que los viejos y nuevos billetes convivan por un tiempo mientras se colocan en el mercado las nuevas piezas.
«Vamos a desmontar la perversa guerra del capitalismo para instalar un sistema económico virtuoso, equilibrado», afirmó el presidente Nicolás Maduro horas antes de la entrada en vigor del nuevo «bolívar soberano».
Maduro anunció el domingo que a partir del 1 de septiembre entrará en vigor el nuevo salario mínimo de 1.800 bolívares soberanos (unos 30 dólares), que representa un incremento de 3.300% en comparación con el sueldo de 51,9 bolívares soberanos que se acordó en junio. El mandatario precisó que el nuevo salario equivaldrá a medio petro, la criptomoneda venezolana.
Tras la suspensión durante unas doce horas de las operaciones bancarias para adaptarse a los cambios en la moneda, la mayoría de los bancos reactivaron de manera progresiva el lunes sus transacciones por internet y en cajeros automáticos, donde se empezaron a suministrar los nuevos billetes.
La decisión del gobierno de declarar el lunes como feriado nacional impidió percibir el impacto inicial de la reconversión debido a que los bancos y la mayoría de los comercios estaban cerrados, y será hasta el martes cuando se empezará a percibir la incidencia de la medida, aunque el proceso podría verse afectado ese día por la convocatoria a paro nacional que realizó la oposición en protesta por las medidas económicas. La mayor cámara de empresas y comercios del país descartó que vaya a convocar a dicho paro.
Los analistas prevén que las recientes medidas económicas potenciarán la hiperinflación, la escasez de bienes y la recesión que golpea al país desde hace cuatro años.
En julio, los precios crecieron a un ritmo diario de 2,7%, lo que a fin de mes colocó la inflación en 125% y la tasa anualizada en 82.766%, según cálculos de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición. De acuerdo a estimaciones del Fondo Monetario Internacional, la inflación podría dar un brinco este año en Venezuela a un millón por ciento.
La incertidumbre también alcanzó al sector empresarial y comercial, que según algunos analistas podrían enfrentar una debacle por el aumento de salario mínimo.
«No existe el nivel de actividad económica, ni el flujo de caja en las empresas para poder cumplir con este incremento», expresó en un comunicado la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela la mayor cámara de empresas del país, y sostuvo que las medidas «aumentan la inestabilidad en la economía».
El lunes en la noche a través de Facebook Live, Maduro acusó a Fedecámaras de ser uno de los responsables de «la dolarización» en Venezuela, destacando que el gremio no tuvo reparos en usar la cotización del dólar en el mercado negro como referente para fijar los precios y ahora debe cumplir con el incremento de salarios.
«Ustedes señores de Fedecámaras dolarizaron todos los precios y ahora que yo vengo a defender el salario y lo pongo en medio petro… ustedes dicen que no pueden», resaltó el gobernante, quien advirtió que tienen que cumplir, «si no se van a ver la cara con nosotros».
Maduro ha dicho que se establecerá «un sólo de tipo de cambio fluctuante» que estará anclado al petro, pero no precisó cuándo entraría en vigor. En el país sudamericano operan dos tasas: una para las subastas de divisas, que está en 2,48 bolívares soberanos por dólar, y otra para las remesas.
Al referirse al precio de la criptomoneda, el mandatario expresó que un petro tendrá un valor en dólares equivalente a un «monto oscilante de 60 dólares o más», que es el precio del barril de petróleo, y agregó que cada petro valdrá «3.600 bolívares (soberanos)».
Para los economistas, los cálculos presentados por el mandatario representan el reconocimiento de una devaluación debido a que la paridad se ubicó alrededor de 60 bolívares soberanos por dólar, muy similar a la tasa del mercado negro que se utiliza como referencia para la fijación de los precios de muchos productos y servicios.
Maduro anunció también que ajustará a 16% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y que llevará a precios internacionales la gasolina que se vende a menos de un centavo de dólar y es la más barata de mundo.
La economista Tamara Herrera, directora de la firma local Síntesis Financiera, afirmó que la disminución de los ceros a la moneda permitirá superar los problemas operativos de los cobros, pagos, facturaciones y costos de distinta índole.
Sobre los cambios de política económica planteados por el gobierno, Herrera indicó que hasta el momento se desconoce cuán ordenados, sistémicos y profundos serán, y advirtió que, de no hacerse bien, «se va a perder también esta reconversión», que aseguró que representó una erogación de casi 400 millones de dólares.