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Desde la época colonial la educación en El Tocuyo era impartida en los conventos Franciscano y Dominicos; el de Nuestra Señora de los Ángeles y el de Nuestra Señora de la Concepción, los cuales duraron hasta principio del siglo XIX, cuando se inicia la educación secundaria en Venezuela con la creación de las cátedras de latinidad. En el caso de El Tocuyo, la cátedra de latinidad, la inicia Manuel Ramón Yépez en 1815, gracias a la donación de cinco mil pesos que había realizado su tío Pedro Manuel Yépez en 1797. Clausurado los conventos, por orden del Congreso de Cúcuta de 1821, y en base a la primera legislación educativa de 1826, sus sedes fueron utilizadas por las nacientes instituciones escolares. El primero en crearse es el de Guanare, el 2 de julio de 1832, luego el de Trujillo, el 20 de noviembre de 1832. En 1833, le correspondería a El Tocuyo, es erigido por decreto de fecha 21 de agosto de 1833, pero su inauguración es del 1° de mayo de 1835, en la sede del extinguido Convento de San Francisco, gracias a las innumerables gestiones llevadas a cabo por el cabildo tocuyano, y hombres de la talla del médico caraqueño, residenciado en la ciudad, José de la Cruz Limardo, quien había desde 1923 tomado la iniciativa.
Para la fecha existían en la ciudad tres escuelas de primaria privadas y una pública. El primer rector fue el Dr. Tomás Francisco Borges y su vicerrector el maestro Manuel Ramón Yépez. La mayoría de sus catedráticos, al igual que en el resto de los demás colegios, eran laicos, entre los que se puede destacar, además de sus autoridades, al Dr. Miguel González, Dr. Miguel Anzola, Dr. Fernando Tamayo, Dr. Leónidas Anzola, el Dr. Alejandro Ibarra, el Lic. José María Lucena, el músico Olegario Páez, y egresados como el Br. Espíritu Santo Gil, padre del Dr. José Gil Fortoul, alumno también del colegio, José María Ricardo Ovidio Limardo, el gran músico Saturnino Rodríguez, el Pbro. José María Pérez Limardo y el gran educador del occidente venezolano, don Egidio Montesinos, quien además de ocupar el cargo de vicerrector del Colegio Nacional, fue fundador del Colegio de La Concordia, que daría continuidad a la educación secundaria en El Tocuyo.
Dos años después, comienza a funcionar El Colegio Nacional de Barquisimeto 1835 – 1884, que fue sustituido por El Colegio Federal Barquisimeto 1884 – 1936, que en sus primeros 20 años funcionó además como sede de los primeros estudios universitarios en la región centro occidental hasta su desaparición en 1904, habilitado para conferir títulos de Ciencias Médicas, Jurídicas y Eclesiásticas. En 1936 se convertiría en el Liceo Nacional «Lisandro Alvarado. En 1.890 comienza actividades el Colegio la Esperanza en Carora, de la mano de Ponpilio Oropeza, insigne educador, pupilo de Egidio Montesinos.
Como lo señala el historiador Carlos Felice Cardot, a mediados del siglo XIX el Colegio Nacional de El Tocuyo era la única institución que estaba funcionando con relativa regularidad en todo el territorio nacional, el de Barquisimeto de 1837 había cerrado sus puestas en 1851, y nunca tuvo la matrícula y la solvencia administrativa del tocuyano, que fue uno de los pocos que cierra sus años en superávit, gracias no sólo a los bienes con que cuenta la institución sino a los réditos devengados por el dinero a censo o a crédito o lo que se devengaba por concepto de alquiler de casas, solares o haciendas que se daban en arriendo. Aun así cierra sus puertas en 1869 por disposición de la Legislatura de Barquisimeto, bajo el pretexto de no poder sostenerlo y para trasferir sus rentas a otro con el nombre de “Bolívar” en la ciudad de Barquisimeto, el cual nunca llegó a constituirse. Ya desde 1847, el entonces gobernador Jacinto Lara, había manifestado su interés de disminuir los fondos del Colegio de El Tocuyo a favor de los de Barquisimeto. Cardot afirma que ésta fue una medida justa por que El Tocuyo era la ciudad de la región, económica y culturalmente más importante de la época.
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No obstante, ya desde 1863-64 es fundado el Colegio de La Concordia por el Br. Egidio Montesinos, quien desde 1870 comienza a gestionar ante el Ejecutivo Nacional la solicitud para que le permitiera la potestad de conferir títulos de Bachiller, ya que sólo lo otorgaban en Trujillo y Caracas. Esta función le fue permitida a partir del año 1874, lo cual contribuyó con el auge de dicho Colegio, llegando a convertirse en el más importante de toda la región occidental de Venezuela. No obstante; en 1905 se crea un Código de Instrucción Pública que limitó el otorgamiento de grado a las universidades y seminarios, afectando a la educación privada ya que muchos se fueron a estudiar al Colegio La Salle, luego en 1912 se les concede nuevamente esta potestad.