Aún no existe claridad sobre lo ocurrido el pasado 4 de agosto en la avenida Bolívar de Caracas, ya que el presunto atentado fallido contra el presidente Nicolás Maduro ha originado diversas versiones, contradictorias algunas en el seno del propio Gobierno, declaró el ex diputado Pedro Pablo Alcántara, miembro del directorio nacional de Voluntad Popular.
No hay investigación seria
Considera que se ha debido conformar una comisión internacional de expertos en investigación y criminología, ya que desde el mismo momento en que se registró el caso, éste fue tomado por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) cuando las primeras actuaciones correspondían a la policía científica, para preservar la escena de los hechos y, por supuesto, iniciar las averiguaiones.
Las declaraciones del ministro de Información, Jorge Rodríguez; y del ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, así como las del fiscal general, Tarek William Saab, contradictorias entre los dos primeros sobre el número de drones; y apresuradas en el tercero al suministrar detalles de los procedimientos que debe realizar para los tribunales correspondientes, lo que han hecho es generar dudas porque evidentemente no hay una averiguación seria.
Confusión y sospechas
Al mismo tiempo, las acusaciones contra los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, desmentidas por supuesto por éstos, así como las detenciones practicadas de presuntos implicados, como el del diputado Juan Requesens, de quien sus familiares señalan que fue torturado, producen más confusión y despiertan sospechas sobre un plan bien definido para atacar a sectores de la oposición, a fin de acallar sus planteamientos sobre la realidad del país.
El Gobierno ha persistido en calificar el caso como un magnicidio, figura ésta que se implantó en la edad media para castigar cualquier intento contra la integridad física de respetables autoridades. No hay que olvidar que el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona del imperio austrohúngaro, desató la primera guerra mundial. Y que todavía resultan impresionantes los magnicidios de John F. Kennedy y del predicador Martín Luther King, quien defendía los derechos de las minorías negras.
Distracción frente a protestas
Para el régimen que no goza de credibilidad, lo sucedido el 4 de agosto ha producido, además de dudas, confusión y sospechas de aprovechar esa circunstancia para arremeter contra la disiencia, pareciera tener el fin de distraer a la opinión pública cuando se están produciendo protestas, manifestaciones y rechazo al propio presidente de la República por parte de los gremios, que reclaman incrementos en sus salarios y solución a los problemas que atañen al resto de la población.
En este orden de cosas, prosiguió Pedro Pablo Alcántara, si el Gobierno pretendía con el caso del presunto magnicidio llamar la atención de la gente de a pie, no ha encontrado más que indiferencia por cuanto son mucho más graves las muertes a causa de diferentes enfermedades por falta de tratamiento debido a las precarias condiciones en que laboran los médicos, enfermeras y demás personal de la salud, la escasez de medicamentos y el alto costo de éstos cuando se logra conseguirlos, así como la aparición de patologías que estaban erradicadas hace más de medio siglo.
Vendrán consecuencias más graves
Si a esa situación se añade la inseguridad que se ha adueñado de vidas y bienes, el del alto costo de los alimentos, la falta de producción en el país, el creciente desempleo por el cierre de las pocas empresas que van quedando, el preocupante problema del transporte masivo y público que ha sido sustituido por las perreras o ruta chivo, los pésimos servicios de suministro de agua, gas y electricidad que ocasionan el mayor malestar en todo el país, la desesperación que ha llevado a millones de ciudadanos a huir a los países vecinos y otros más allá del Caribe, no podemos pensar que la gente esté preocupada por lo que diga Maduro y sus acompañantes en relación con unos drones, que no se venden en cualquier esquina, ni tampoco por los explosivos que supuestamente fueron utilizados en el denominado fallido magnicidio.
A sabiendas que el FBI no vendrá a Venezuela porque ese organismo exigirá condiciones inaceptables para el Gobierno venezolano y cuando ya el caso se ha salido del estricto sentido investigativo criminal, Maduro sigue con sus inmediatos colaboradores hablando de un complot contra él en los momentos en que la crisis económica que el régimen ha provocado, con una hiperinflación que no tiene límites, sin medir las consecuencias que podrían traer a la población las medidas que está tomando, como el explosivo aumento del precio internacional de la gasolina.
El atentado que la gente teme en este momento, cuando estamos en vísperas de la entrada de un nuevo cono monetario que no solucionará la hiperinflación, es que Maduro le está complicando mucho más la vida a los venezolanos con sus medidas disparatadas, manifestó Alcántara. Vendrán consecuencias muy graves: más hambre, más muertes de enfermos y más gente yéndose del país porque aquí no se les garantiza ninguna oportunidad para vivir.