Dos funcionarios franceses exhortaron a las autoridades nacionales este martes a que autoricen el acceso a un barco con 141 migrantes rescatados la semana pasada en el Mediterráneo por razones humanitarias.
La nave Aquarius es operada por grupos franceses. Por el momento se encontraba entre Malta y la isla italiana de Lampedusa, y el gobierno antiinmigrante italiano le ha prohibido atracar.
El director del puerto de Sete, Jean-Claude Gayssot, dijo a Europe-1 que «Hay situaciones de emergencia y uno debe afrontarlas».
Jean-Guy Talamoni, presidente del legislativo de Córcega, dijo BFM-TV en la víspera que «es obligación ayudar a la gente en peligro».
La nave requiere la autorización del gobierno francés para entrar a cualquier puerto. El presidente Emmanuel Macron no ha hecho declaraciones.