Un periódico del gobernante Partido Comunista de China exhortó el sábado a las autoridades a permanecer firmes en sus planes de demoler una enorme mezquita en el noroeste pese a las protestas suscitadas, afirmando que ninguna religión está por encima de la ley.
El diario Global Times recomendó a los funcionarios de la ciudad de Weizhou, en Ningxia, una región que alberga a muchos musulmanes de la minoría étnica hui, actuar contra lo que describió como una expansión ilegal de un edificio religioso.
Miles de personas de la minoría hui se reunieron el jueves y el viernes frente a la imponente Gran Mezquita para evitar que las autoridades demolieran la estructura, dijeron residentes contactados por The Associated Press. Fue una rara muestra de rechazo público a los intentos del partido de reescribir la práctica de las religiones en el país.
«La gente tiene mucho dolor», dijo Ma Sengming, un hombre de 72 años que estuvo en la protesta desde el jueves por la mañana hasta el viernes por la tarde. «Mucha gente lloraba. No podemos entender por qué está pasando esto».
La protesta ocurre mientras los grupos religiosos, que fueron tolerados en gran medida anteriormente, ahora ven cómo sus libertades se reducen, a medida que el gobierno busca «hacer chinas» las religiones, haciendo que los fieles prioricen la lealtad al Partido Comunista, oficialmente ateo.
Como parte de esas nuevas políticas, las autoridades han retirado medias lunas y cúpulas islámicas de las mezquitas, cerrado iglesias cristianas, confiscado biblias y trasladado niños tibetanos de templos budistas a escuelas.
Esa política está claramente detrás de los planes de demoler la mezquita de Weizhou, en cuyo exterior se congregaron decenas de hombres, mujeres y niños el sábado temprano antes de las oraciones de la madrugada.
La mezquita, un imponente edificio blanco iluminado de noche con luces oro, verde y amarillo, empequeñece a las casas de ladrillo y hormigón que la rodean. Su arquitectura de cuatro minaretes y nueve cúpulas coronadas por medias lunas estaría en línea en cualquier lugar del mundo islámico, excepto por las grandes banderas rojas y amarillas chinas que ondean en las murallas y la amplia escalera central.