Hay veces que los venezolanos piensan de capa caída por la situación de país, que aquí no se puede emprender. Hay otros que aprovechan las oportunidades que da la misma situación que vive Venezuela para hacer cosas que otros no se han atrevido y como se dicen en el argot popular “la pegan”. Claro esto no es cosa que se logra de la noche a la mañana. Es talento que se cultiva y eso vale.
Tal es el caso del artista Carmelo García, un joven barquisimetano que se autodefine como “artista del teléfono” y que a través de su equipo móvil ha logrado dar a conocer con sus retratos, todo el talento que lleva consigo.
Carmelo fue uno de esos muchachos que le tocó el lamentable momento de separarse de sus familiares y amigos e irse del país en busca de un mejor futuro. Con ello también dejo una carrera de Artes Plásticas en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado por el séptimo semestre. Sin embargo, esa afición por el arte y la creación se fueron con él y su maleta hasta Republica Dominicana.
Allí le toco lo que, a todos los venezolanos, empezar de cero y hacer “lo que sea” para vivir.
En ese “lo que sea”, trabajó en una fábrica de salsas, también laboró de taxista a través de la aplicación Uber y conoció la aplicación “Sketchbook” de la casa Adobe. Este pequeño programa para celulares le cambio la vida y lo motivó a regresar al país a hacer lo que le realmente le gusta, crear.
“República Dominicana me desnudó y me hizo preguntarme ¿qué quieres?”
“Yo estaba en un momento de mi experiencia en la diáspora, y hablo de mucho de ello, porque fueron dos años que estuve afuera y no me dedique a otra cosa sino a trabajar, tener 3 empleos. Trabajaba en una empresa que, hacia salsas en un depósito. Yo tuve la oportunidad de alquilar un carro y bueno en las noches salía a trabajar de Uber y me bandeaba. Vivir afuera es eso, la diáspora yo la resumo en una palabra clave que es echarle un camión, para tener a cambio tranquilidad”, comenta Carmelo en una larga nota de voz a través de Whatsapp antes de venir a la sede del Decano de la Prensa Nacional.
Carmelo a su retorno a Venezuela, le ha tocado vivir lo mismo que viven muchos venezolanos: quedarse solo. Todos sus amigos y muchos familiares también decidieron emprender viaje a otro rumbo en busca de un mejor futuro, de mejores oportunidades, se fueron de diáspora.
“Mi gente también se fue, yo me quede aquí solo. Estoy con parte de mi familia que llena ese vacío que uno le hace tanta falta afuera”, contó el artista al tiempo que continuaba narrando más de su experiencia en la isla caribeña. “Dominicana me empujo a eso, me empujo a buscar trabajar de lo que sea, pero siempre hace falta ejercer lo que tú haces. Hace falta a hacer lo que a uno le apasiona y Republica Dominicana me tiro para la calle. Me desnudo frente a un centro comercial y me hizo preguntarme ¿que estoy haciendo acá?”.
Sketchbook me cambio la vida
Todo el mundo que ve las ilustraciones de Carmelo pensará que son realizadas frente a una computadora con un programa de diseño gráfico súper complejo, sin embargo, el propio Carmelo confesó que no es muy dado para los programas de diseño gráfico. “Mi computadora es una laptop que está a punto de quemarse y nunca tuve la oportunidad de instalarle un programa de estos para aprender a diseñar, de hecho, son un poco indio para esto”.
“He aprendido mucho de esta aplicación como una herramienta. Se puede diferenciar fácilmente los primeros retratos de los últimos en la calidad del hacer o de estar haciendo, que mejora la calidad de la imagen, del retrato. Me salvo la vida porque ahora hago lo que me gusta, vivo de ello, tengo tres meses en esto. Desde que empecé a hacer retratos para la cuenta no he dejado esa consecutividad de publicar todos los días. Hay par de días que me tomo, pero de lunes a viernes siempre estoy publicando y eso lo hice método y eso me llevo a que la gente me respondiera, a hacer buenas relaciones en redes sociales, relaciones muy interesantes. El hecho de que te escriba un Assier Cazalis de Caramelos de Cianuro o un Beto Montenegro de Rawayana, le cambia la vida a cualquiera, uno sintiéndose un mortal. Uno ve esa gente que tiene cierta influencia que es famosa y que te escriba, definitivamente te cambia la vida”, comentó García.
La decisión de volver
Emprender en Venezuela es fácil cuando tu remuneración es en moneda extranjera. Y el trabajo que realiza Carmelo García tiene alta demanda fuera del país. “Eso lo tomé como mi trabajo, no lo seguí en República Dominicana porque no me daba la base, no me alcanzaba para pagar los servicios y bueno me dije es momento de asentar cabeza y esto es lo que yo quiero. Necesito volver a Venezuela por motivos económicos. Es mucho más fácil emprender aquí en el país que afuera y más si uno ya empieza en un mercado en donde te pagan con dólares es mucho más fácil sobrevivir en este país”.
De 200 seguidores en 4000
Aunque asegura que no le interesan los seguidores, Carmelo consigue la motivación de seguir en lo que le gusta a través de quienes comparten con él en su cuenta Instagram @apintadecaramelo.
“No me interesan mucho los seguidores, pero es algo que te motiva día a día. Mientras personas te estén reposteando eso me genera a mí un ingreso de alguna u otra forma porque escribe mucha gente que se interesa y solicita cosas”, comentó.
“Estoy aprovechando también la diáspora en Estados Unidos es el mejor mercado del arte y a la gente que yo le hago retrato trato de que estén ligadas al público norteamericano, de venezolanos que están en “Estados Unidos porque se le hace más fácil pagar lo que cobro por mi trabajo”, dice García quien no solo entrega el retrato como una imagen, sino que también entrega una imagen en formato gif para que la persona observe el avance de su solicitud, además de un certificado de autenticidad. “He tratado de darle valor a lo que yo hago a través de varios productos”.
De una sola mente a un equipo interdisciplinario
Carmelo cuenta que el trabajo que realiza amerita investigación, escudriñar aquí y allá para ir mejorando todos los días. Sin embargo, entre investigación y diseño se le iba la vida, situación que lo motivó a solicitar ayuda. Ahora los retratos también cuentan con la participación de dos muchachas que se encargan de la investigación en todos sus aspectos. “Son una periodista y una diseñadora que me ayudan con información de investigación y ahora somos un equipo que trabaja para esto y es lo que queremos. A mí me preguntan qué quieres, que quieres ser, porque estoy mostrando mi trabajo en redes sociales, pero quizás carezco de visión o yo mismo me lo digo porque hay mucha gente haciendo lo que le gusta y quizás yo no soy ese tipo de persona que tiene sus metas a corto, mediano y largo plazo definidas, pero es que yo creo que el trabajo es tan cambiante y son colaboraciones distintas”.
Las redes sociales y las relaciones publicas en la vida de Carmelo
“Hay unas cosas que hago por likes y seguidoras y otras porque me interesa hacer relaciones, otras porque son colaboraciones que me llegan, como la colaboración que hice con Apache, con el director Nuno Gómez. Ahora con Willy Mckey y son relaciones que para mí son muy importantes y que las redes sociales me han permitido eso. No solo es mostrar mi trabajo si no también aprovechar las relaciones que nos dan las redes sociales”, dice Carmelo notablemente enfocado y emocionado por lo que está haciendo.
Carmelo a pesar de que es un muchacho joven dedica su vida al trabajo diario. Trabaja desde su casa y son 8 o 9 horas diarias diseñando.