Mientras se disparan las alarmas sobre la interferencia rusa en las elecciones de Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump recibe críticas por no tener una estrategia clara para proteger la integridad de los comicios de noviembre y más adelante.
Tanto demócratas como republicanos se quejan de que la respuesta del gobierno es fragmentada y que falta coordinación entre los distintos organismos federales involucrados. A solo tres meses de las elecciones legislativas de mitad de término, abundan los llamados a que Trump asuma una postura más enérgica en torno a un tema clave para la salud de la democracia.
«Está claro que no hay suficiente liderazgo. Este es el momento de actuar», afirmó el senador demócrata Chris Van Hollen. «No creo que se esté haciendo lo suficiente».
Varios organismos del gobierno han estado trabajando para garantizar la votación. El FBI creó una Fuerza de Tareas sobre Influencia Extranjera y las dependencias de seguridad están recabando información sobre la agresión rusa.
Pero Trump rara vez toca el tema. En los casi dos años que pasaron desde que se descubrió que los rusos interfirieron en las elecciones de Estados Unidos y manipularon las redes sociales para influir en la opinión pública, la Casa Blanca ha realizado apenas dos reuniones para hablar de la seguridad de las elecciones.
Una fue la semana pasada y duró escasa media hora.
La sesión no generó directivas del presidente para coordinar los esfuerzos del gobierno para velar por la integridad de las elecciones, según Suzanne Spaulding, ex subsecretaria de seguridad nacional que fue responsable de la seguridad cibernética y de proteger infraestructura clave.
Trump «está dejando pasar una oportunidad de enviar a los estados un mensaje claro de que esta es una amenaza muy grave», sostuvo Spaulding. «Esta reunión del Consejo Nacional del Seguridad no generó una estrategia clara. Cada departamento y cada agencia trabajan por su cuenta».
Garrett Marquis, portavoz del Consejo, aseguró que la respuesta del gobierno es firme y que el personal de ese organismo «coordina continuamente las medidas para hacer frente a una influencia extranjera maligna y para garantizar la seguridad de los comicios».
El senador republicano Lindsey Graham afirmó que las dependencias del gobierno «están haciendo un buen trabajo, pero nadie se entera». Lamentó seguidamente las declaraciones contradictorias de Trump acerca de si acepta los informes de los servicios de inteligencia, que determinaron que Rusia interfirió en las elecciones presidenciales del 2016.
Graham opinó en una reciente entrevista de «Face de Nation», de CBS, que Trump debería «encabezar los esfuerzos para garantizar que las elecciones del 2018 están protegidas».
«Tiene que ser el líder del movimiento, no ir al baile reticentemente. Espero que instruya a su gobierno para que, conjuntamente con el Congreso, se tomen medidas antes de que sea tarde».
El debate sobre las elecciones cobra fuerza a medida que aumentan las pruebas de que puede haber ciberataques. Facebook anunció el martes que había descubierto esfuerzos «sofisticados», probablemente vinculados con los rusos, para influenciar la política de Estados Unidos a partir de esa plataforma.
Este mes Microsoft dijo que había descubierto un dominio falso para facilitar ataques de un grupo de hakers que se cree tiene conexiones con los servicios de inteligencia rusos. Un vocero de Microsoft afirmó el lunes que se había confirmado que hubo ataques a fines del 2017, dirigidos a cuentas asociadas con dos legisladores que tratan de ser reelegidos. Microsoft no dio sus nombres.
La senadora demócrata Claire McCaskill dijo en el pasado que hackers rusos trataron de infiltrar su computadora del Senado en el 2017, sin lograrlo.
Otra senadora demócrata, Jeanne Shaheen, quien no se postula para otro término, declaró a la Associated Press el lunes que alguien había contactado a su oficina «diciendo ser un funcionario de cierto país».
Shaheen, frecuente crítica de Rusia, dijo que no sabía si Moscú estaba detrás del correo electrónico que recibió en noviembre, pero que dejó el caso en manos del FBI.
La legisladora dijo que otro senador había sido blanco de ataques, además de McCaskill, pero no reveló su nombre.
«La gente de ambos bandos viene insistiendo desde hace dos años en que alguien tienen que hacerse responsable de la ciberseguridad en el gobierno», manifestó Shaheen.
El director de inteligencia nacional Dan Coats indicó que los servicios de inteligencia siguen registrando actividad de individuos afiliados con la Agencia de Investigaciones de la Internet, cuyos miembros fueron acusados por el fiscal especial Robert Mueller. Señaló que crearon cuentas en las redes sociales de supuestos estadounidenses y las usaron para promover temas que generan divisiones en Estados Unidos.
Bajo el gobierno de Barack Obama, la coordinación de los trabajos para garantizar la limpieza de las elecciones era probablemente responsabilidad del coordinador de ciberseguridad de la Casa Blanca. El asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, abolió esa posición en mayo, supuestamente para reducir la burocracia.
En la actual estructura, el hombre clave en estos esfuerzos es el contralmirante Douglas Fears, asesor del presidente sobre temas de seguridad nacional y antiterrorismo.
La secretaria de seguridad nacional Kirstjen Nielsen dice que las amenazas cibernéticas constituyen «una crisis grave, que evoluciona».
«La capacidad de nuestro adversarios online supera nuestras defensas», manifestó Nielsen el martes. «De hecho, creo que las amenazas cibernéticas exceden el peligro de ataques físicos. Esto constituye un gran giro».