El dirigente opositor y excandidato presidencial Henrique Capriles afirmó que por el rápido deterioro económico y social generado por la hiperinflación Venezuela cabalga hacia una «implosión».
«El país va hacia una situación de hacer agua, de inviabilidad, de implosión», dijo Capriles en una entrevista reciente con The Associated Press y sostuvo que ante el «desastre» económico y social al gobierno de Nicolás Maduro no le quedará otra opción que sentarse a negociar un proceso de transición.
Sin embargo, el líder político, de 46 años, descartó que la eventual negociación pueda tener alguna similitud con los dos fracasado procesos de diálogo de los últimos dos años debido a que en esta oportunidad el espacio de maniobra del gobierno está muy limitado por la falta de ingresos.
Las finanzas de Maduro se han visto golpeadas por la caída de la producción de crudo, las dificultades financieras de la industria petrolera estatal -corazón económico del país-, las sanciones económicas internacionales y la hiperinflación.
En junio se reportó una inflación diaria de 2,8% lo que llevó la tasa mensual a 128,4% y la anualizada a 46.305% según cálculos de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición. En tanto, el Fondo Monetario Internacional estima que la inflación podría alcanzar este año un millón por ciento, una tasa récord en la región que llevaría al país petrolero a una situación similar a la que enfrentó Alemania en 1923 o Zimbabue en 2008.
Capriles, quien fue derrotado por Maduro en las elecciones de 2013, dijo que «cada día el espacio de maniobra para el gobierno se reduce» debido a que no tiene cómo pagar las importaciones de los productos que vende subsidiados a los mayoritarios sectores pobres.
«Los más pobres son los que pueden hacer que al final el gobierno tenga negociar», agregó.
La crisis económica mantiene en la pobreza a 87% de la población, lo que implica que nueve de cada 10 venezolanos no pueden pagar su alimentación diaria, de acuerdo con una encuesta realizada el año pasado por las tres principales universidades del país.
Para hacer frente a la hiperinflación el gobierno iniciará a partir del 20 de agosto una reconversión monetaria que implicará la eliminación de cinco ceros de la moneda. Analistas han descartado que la reforma pueda contribuir a detener el vertiginoso avance de precios.
Sobre el papel que podrían jugar los sectores adversos al gobierno en una eventual negociación, el también exgobernador del estado central de Miranda planteó que para la oposición es fundamental estar cohesionada.
A partir de la tercera semana de julio, Capriles y otros dirigentes de los principales partidos opositores iniciaron una serie de reuniones para definir un plan de acción que permita darle dirección política a las cada vez más frecuentes protestas que se registran en Caracas y otras ciudades del interior por la crisis económica y el colapso de los servicios.
Sin ofrecer mayores detalles de los puntos que han discutido los dirigentes opositores, Capriles expresó que «estamos avanzado» en las conversaciones y sostuvo que pronto se espera definir un plan de acción.
«El reto es que los enfermeros, los maestros, todo el mundo reme en la misma dirección, que tengan una articulación política», sostuvo el dirigente al insistir sobre la importancia de la unión de los distintos actores sociales.
Al hablar sobre la crisis que enfrenta la oposición, el excandidato presidencial admitió que «la política está en el peor momento» por la pérdida de confianza y credibilidad y las fracturas internas.
Agregó que para los partidos opositores es urgente definir pronto un plan de acción para garantizar su supervivencia. «O lo hacemos rápido y lo hacemos, o desaparecemos», sentenció.
Sobre el futuro de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática, Capriles indicó que la alianza «cerró su ciclo» como plataforma electoral y que de ahora en más quienes quieran un cambio deberán actuar de manera articulada.