La decisión del gobierno de eliminar cinco ceros al bolívar, dos más de los que estaban previsto, desató dudas y temores entre los venezolanos que temen que la medida podría alentar el aumento de los servicios públicos y la gasolina, y acelerar el avance de la hiperinflación que se proyecta en un millón por ciento para este año.
Los anuncios sobre la reconversión monetaria y el anclaje del bolívar a la moneda virtual del petro generaron críticas entre analistas, empresarios y opositores que estiman que las medidas no ayudarán a superar la crisis que tiende a agravarse ante los problemas que enfrenta la industria petrolera, corazón económico del país, por la caída de la producción y las dificultades financieras.
«Esto es un paso fundamental que damos en la dirección correcta a desencadenar un conjunto de mecanismos», afirmó el presidente Nicolás Maduro la noche del miércoles al defender las nuevas medidas que sostuvo que ayudarán a contrarrestar la «guerra sangrienta» que aseguró desataron opositores por la vía de la inflación para doblegar a la población, mayoritariamente pobre.
En junio se reportó una inflación diaria de 2,8% lo que llevó la tasa mensual a 128,4% y la anualizada a 46.305%, de acuerdo con estimaciones de la Asamblea Nacional, que controla la oposición.
El Fondo Monetario Internacional indicó a inicios de semana que la inflación podría saltar en Venezuela a 1.000.000% al cierre del año, una tasa récord en la región que llevaría el país petrolero a una situación similar a la que enfrentó Alemania en 1923 o Zimbabue en 2008.
La crisis económica mantiene en la pobreza a 87% de la población, y hace que 9 de cada 10 venezolanos no pueden pagar su alimentación diaria, reveló una encuesta que realizaron el año pasado las tres principales universidades del país.
El gobierno espera sacar en las próximas dos semanas varios millones de piezas de billetes e incorporar una moneda de 50 céntimos y otra de un bolívar, además de ocho billetes de 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares.
Maduro dijo que el «bolívar soberano» entrará vigencia el 20 de agosto, pero algunos analistas prevén que el proceso podría prorrogarse por segunda vez consecutiva debido a que es muy corto el plazo para repartir los nuevos billetes en todo el país y preparar a los bancos y a la población.
El gobierno había previsto inicialmente que la reconversión se iniciaría el 4 de junio, pero luego lo extendió hasta el 4 de agosto por solicitud de la banca que pidió un tiempo adicional para adaptar sus sistemas al nuevo cono monetario.
«Lo que están es quitándole los ceros, pero todo continua igualito», afirmó Asdrúbal González, un carnicero de 66 años, al reconocer que no cree que las medidas anunciadas detengan el vertiginoso avance de los precios que mantiene postrados a millones de venezolanos que tratan de sobrevivir con un salario mínimo de menos de dos dólares al mes en medio de la peor crisis en décadas.
Mientras corta con un afilado cuchillo la grasa a un trozo de carne que está preparando para la venta en un improvisado estante de madera de un mercado callejero del este de la capital, González indicó que teme que las medidas obliguen a un ajuste de la gasolina y el transporte, lo que sostuvo que «hará que suba todo».
«Esto es una locura porque a dos semanas del inicio de la reconversión no le han enseñado al pueblo cómo quitarle cinco ceros a la moneda, y ¿dónde están los billetes?, y ¿cómo pagamos?», indicó molesta Laura Pérez, una ama de casa de 55 años, mientras recorría un pequeño mercado callejero buscando alimentos a bajos precios para llevar a su casa.
Los anuncios también generaron dudas entre analistas y opositores como el diputado José Guerra, integrante de la Comisión de Finanzas del Congreso, que afirmó que «no hay una sola medida para bajar la hiperinflación» y que en breve tiempo el avance de los precios se comerá el nuevo cono monetario.
Guerra dijo a la AP que el gobierno no ha aclarado cómo quedarán las tarifas de los servicios públicos y de transporte, así como la gasolina, que se vende a 6 bolívares (menos de un centavo de dólar) el litro.
Los analistas también consideran que no tiene sentido vincular la moneda venezolana a esa criptomoneda que no tiene circulación relevante y está prohibida por Estados Unidos.
«Atar el nuevo bolívar al petro es atarlo a la nada», afirmó el economista Luis Vicente León, director de la encuestadora local Datanálisis.