Cada día que pasa la situación venezolana se torna más dramática. No se trata de ser oposicionista al régimen a ultranza. Las muestras de la decadencia económica y social del país están a la vista de todo el que quiera comprobarlo. Los testimonios de la gente es la reacción de quienes sienten las consecuencias de una crisis absolutamente producto de un sistema político evidentemente fracasado. Nuestras principales ciudades pierden progresivamente su calidad de vida que se refleja en las carencias de servicios públicos acompañado por la inseguridad, el desempleo y la escasez. Uno se pregunta si los jerarcas del régimen tienen suficiente información sobre estos problemas o simplemente los ignoran para no enfrentarlos ni dar explicaciones. Sin embargo, y mientras los días pasan se agudiza el descontento de loa gran mayoría de los venezolanos que aún permanecen fieles a su nacionalidad, o como suelen decir coloquialmente “ hechándole un camión de bolas” para poder sobrevivir a la hecatombe que se les ha venido encima. Hace varios días un empresario nos hablaba del aumento delos precios de los productos de primera necesidad. Multiplicados o triplicados por obra y gracia de quien sabe. “Mientras el país siga las recetas del llamado socialismo soviético – fuera ya del contexto doctrinario- los problemas subsistirán y se agravarán hasta el infinito. Los cubanos ya co0menzaron a dar sus primeros pasos para salir del oscurantismo donde los hermanos Castro los han tenido por más de medio siglo, pero en Venezuela el régimen se empeña en no insertarse en el mundo de la modernidad y la tecnología aplicando políticas insustanciales que solo conducen al estado en que se encuentra el país de Bolívar.
II
El agua, la electricidad, el transporte, la seguridad, la sanidad y el desempleo forman parte del sufrimiento de un pueblo que apostó y perdió cuando decidió hace casi 19 años cambiar de rumbo seducido por el discurso populista de unos cuantos. Si bien es cierto que los gobiernos democráticos no fueron precisamente un ejemplo de buena conducción, no es menos cierto que en 40 años, los venezolanos vivieron años de bonanza económica, sin asomo de precariedades como las de ahora. Basta mirar hacia atrás para comprobarlo y comparar ambos sistemas políticos con los cuales hemos vivido en los últimos 60 años. Hoy el agua ha desaparecido de las tuberías hogareñas, la electricidad colapsada dando paso a la más tenebrosa oscuridad, el transporte público no puede ser peor, mientras en los dispensadores de salud se mueren los pacientes por falta de medicamento. Escasean, además, los alimentos y la inseguridad se mueve en tres áreas: la delincuencia común. La social y la otra, bien conocida por todos los venezolanos. El país, y no es exagerado señalarlo, está enfermo y agónico.
III
El bolero, ya lo hemos dicho, es un idioma inventado en América Latina para cantarle al amor y al desamor en sus diferentes manifestaciones. Los traductores de ese sentimiento han sido los poetas, músicos e intérpretes que han sabido crear las imágenes necesarias para iluminar los caminos de los amantes. Mientras los románticos pueblen la tierra, el bolero y sus decires existirán y el amor triunfará sobre el desamor. Por eso reverenciamos a mujeres como la Nena Bullones, una cultora, junto a muchas otras del género con quienes hemos vivido parte de nuestras vidas. La Nena será objeto de un gran homenaje este sábado en la sede de la Peña Babalu Ayé, un templo donde oficia Omar ArraIz, un fervoroso militante del bolero. Ella se lo merece, naturalmente, y a quien hay que agradecerle esa manera tan especial de recitar musicalmente los versos de esos boleros que nos llegan al alma. Por ahora les dejo la foto de la Nena Bullones, la homenajeada.